Detalles: Desde su formación en 2016, los londinenses High Vis han ido puliendo su paleta de hardcore progresivo con matices de post-punk, brit-pop, neopsicodelia e incluso groove madchesteriano, buscando un equilibrio entre lo estridente y la furia, la melodía y el pogo. El cantante Graham Sayle describe su tercer álbum, 'Guided Tour', como un eje de fuerzas en pugna: "Intenta ser un disco esperanzador, a la vez que indignado". Completados por el baterista Edward 'Ski' Harper, los guitarristas Martin MacNamara y Rob Hammaren, y el bajista Jack Muncaster, las profundas raíces de la banda en las escenas del hardcore DIY del Reino Unido e Irlanda los han mantenido con los pies en la tierra, pero también en crecimiento, inspirados a partes iguales por la inquietud y la ira justificada. Como dice Sayle: "Todos se rascan, todos trabajan a destajo, y su idea de relajarse es simplemente dejarse llevar y evadir la realidad. Este álbum es una vía de escape". Desde los primeros segundos, con el portazo de un taxi, un coche acelerando y un ritmo holgado cobrando vida, «Guided Tour» suena como una banda que busca nuevas alturas, rebosante de energía. Grabado durante varias semanas en los Holy Mountain Studios de Londres con el productor Jonah Falco y el ingeniero Stanley Gravett, el resultado se siente dinámico y preciso, como himnos grabados a fuego en la memoria sensorial a base de sudor y repetición. Harper va directo al grano: «Teníamos una idea clara al principio, aprovechamos cada momento. Quizás cuando tengamos 60 años podamos sentarnos y conseguir un sonido de batería perfecto, pero por ahora se trata de hacer las cosas». Las 11 canciones del álbum abarcan todo el espectro de la música de guitarra contemporánea, agudizadas por la experiencia, la camaradería y las frustraciones sociales. Desde el punk callejero arrogante ("Drop Me Out", "Mob DLA") hasta la sardónica burla indie ("Worth The Wait", "Deserve It"), pasando por la alternativa pesada ("Feeling Bless", "Fill The Gap") y la palabra hablada shoegaze ("Untethered"), la química del grupo transforma cualquier estilo con su intensidad única. Sayle defiende esta fusión en evolución: "Durante años, viniendo del hardcore, teníamos límites muy claros; otras escenas eran mundos separados. Ahora las cosas se están fusionando más, tomando elementos de diferentes lugares". En ningún otro lugar se expresa este sentimiento con mayor audacia que en "Mind's A Lie", un himno dance-punk inspirado en la pasión de Harper por el house, el garage y la radio pirata. Fragmentos de voces femeninas sampleadas (de la célebre cantante y DJ del sur de Londres, Ell Murphy) se transforman en un ritmo rítmico de bajo grave, batería tensa y guitarra brillante antes de que la firme voz de Sayle comience a ladrar duras verdades ("Cara a cara con todo lo que he conocido / No puedo llamar míos estos pensamientos"). Tras un repentino colapso, la canción se recompone y despega, deslizándose hacia el horizonte en una neblina de guitarras tintineantes y la voz ascendente de Murphy, desde las calles hacia algún lugar más allá.

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