Detalles: Los 24 preludios para violonchelo solo de Mieczyslaw Weinberg tienen una historia particular. Compuestos a finales de los sesenta para Mstislav Rostropovich, este nunca los interpretó. Su lenguaje musical es aforístico, a menudo brutal, provocador en su conflicto interno. Contienen una gran variedad de gestos y son muy intensos. Interpretar estos preludios podría haber sido problemático en la Unión Soviética de aquel entonces. Gidon Kremer ha adaptado los Preludios para violín solo y este es el estreno mundial de su adaptación. En sus conciertos, Kremer suele interpretarlos con proyecciones de obras del fotógrafo lituano Antanas Sutkus de fondo. Este álbum se grabó en el Paliesiaus Dvaras de Lituania en diciembre de 2017.