Detalles: Trigrama para la Tierra, de Flora Yin Wong, se inspira en los espejos tradicionales Pakua de ocho caras y los trigramas inscritos en cada uno de sus bordes. La función de los espejos es mostrar la naturaleza de la realidad, compuesta de fuerzas opuestas, y modularlas. Aquí, las energías parecen manipularse para guiar y dirigir nuestra escucha, perdida en un laberinto de sonido, difractada hasta fundirse con la propia escucha de la artista, a través de sus recuerdos, sus obsesiones, los fragmentos que lleva dentro. Flora Yin Wong nos invita a embarcarnos en una investigación multifacética del sonido, un viaje a través de los meandros de las fuerzas sónicas liberadas, una auscultación de su propia escucha y un portal, finalmente, entreabierto, a un mundo interior fragmentado y siempre misterioso. En su obra «50 ondas sinusoidales moduladas en frecuencia y amplitud que describen un paisaje», Sébastien Roux aplica su enfoque de composición algorítmica a la observación del mundo natural, incorporando el sonido del mar y el canto de los pájaros al ámbito electrónico, transmutándolos entre sí mediante un lento proceso de modulación gradual. Explorando el espacio abstracto de sonidos puros entre dos cuadros naturalistas, Sébastien Roux nos ofrece una fascinante meditación sobre el mundo de la síntesis, revelando, con economía de medios y gran elegancia formal, la magia del simulacro sonoro (deepl propongo simulacra, mais là je suis pas assez calé...) y la extraña belleza de lo artificial, en un gesto que es, en última instancia, tan poético como musical.