Detalles: «El arte es asombro, el arte es misterio expresado», escribe Kaitlyn Aurelia Smith. «El arte es somático, incluso si se experimenta cerebralmente. Se siente». Los misterios centrales del noveno álbum de estudio de Smith, Let's Turn it Into Sound, se relacionan con la percepción, la expresión y la comunicación: ¿Cómo podemos comunicarnos cuando el lenguaje hablado es insuficiente? ¿Cómo entendemos lo que sentimos? ¿Cómo traducimos nuestra experiencia del mundo en algo que otros puedan entender? Para Smith, quien se describe como un "sensible", las respuestas se inspiran en palabras compuestas en idiomas distintos del inglés, la traducción, la moda escultórica, la danza, el butoh, el wushu shaolin y otras formas de experiencia sensorial y somática. Al igual que la moda utiliza líneas, formas, colores, texturas y siluetas para comunicarse a un nivel sensual, independiente de la mente consciente, Let's Turn it Into Sound se esfuerza por usar el sonido para comunicar lo que las palabras por sí solas no pueden. "El álbum es un rompecabezas", dice Smith. "Es un símbolo de recibir una combinación de muchísimos sentimientos al enfrentar una situación, y los títulos de las canciones son instrucciones para descomponerlos y comprenderlos". La enérgica "Is it Me or Is it You" surge de atravesar las brechas entre cómo te ves a ti mismo y cómo te ve otro, a través del filtro de sus propias proyecciones. La silenciosa sensación de revelación que enmarca "There is Something" se refiere a la sensación de entrar en una habitación y ser inconscientemente consciente del presente dinámico. Mientras tanto, Smith interpreta estos sentimientos a través del sonido. Este proceso de interpretación auditiva, impulsado por una sincera curiosidad, llevó a Smith a registrar algunos pensamientos y preguntas que surgieron a lo largo del viaje en Somatic Hearing, un folleto que acompaña al álbum. Durante tres meses frenéticos, grabando sola en su estudio casero, Smith se permitió experimentar con nuevos instrumentos para complementar su repertorio habitual de sintetizadores modulares, analógicos y poco comunes (incluido su emblemático Buchla), sonidos orquestales y la voz. Creó una nueva técnica de procesamiento vocal y se permitió seguir un ritmo que le resultara intuitivo, en lugar de seguir las estructuras típicas de las canciones. Paseó por la estación más ventosa con una mochila con subwoofer y un paraguas, escuchando los graves del álbum entre ráfagas de viento de 100 km/h. Se escuchó a sí misma y, al hacerlo, a una comunidad interior que de repente se abrió ante ella. El álbum se basa en una relación dinámica entre lo que Smith describe como seis voces distintas, cada una narradora multifacética. Al reconocer a estos personajes, reconocía su ser completo: la pluralidad entretejida de su yo, el complejo proceso de percibir y resolver conflictos internos, y la alegría de encontrar la armonía en el cambio. "Empecé a sentirme tan identificada con todos estos personajes. Esto es todo lo sentido, lo no dicho, que [mi comunidad interior] quiere comunicar, pero no tiene el inglés como forma de comunicación, así que [este álbum fue una forma de] darle espacio para que hable, no para juzgarlo, sino para que simplemente se desarrolle". Al no ceñirse a las estructuras habituales de las canciones, cada canción se siente aún más como una conversación, donde cada personaje puede expresarse plenamente. Smith nunca ha encajado del todo en el discurso del género ambiental con el que se la suele asociar, y aquí se aleja aún más de él, explorando el pop vanguardista, el neoclásico y lo inclasificable. El resultado es una obra lúdica, inquisitiva y emocionante que nos atrae como animales sociales y sensibles, e invita a los oyentes a un mundo completamente idiosincrásico, experimental y, al mismo tiempo, humano. Recorrer Let's Turn it Into Sound es como adentrarse en un reino secreto: uno que se deleita tanto con el descubrimiento de la magia oculta en lo cotidiano como con el brillo que perdura mucho después de que el portal se cierre.