Detalles: "Estas canciones tienen mucho de existencialista", dice Amos Lee. "Si prestas atención a lo que hay entre líneas, hay mucha lucha con tu lugar en el mundo, una lucha con la pérdida". Hay mucho que luchar por el equilibrio entre achicar el bote y remar al mismo tiempo: la experiencia de escribir música y tocar canciones mientras intentamos, como todos lo hacemos ahora mismo, dar sentido a un mundo que parece estar cambiando muy rápidamente. En su undécimo álbum de estudio, Transmissions, el cantautor Lee continúa expandiendo su rango sonoro mientras afina sus letras, meticulosamente observadas, que abordan directamente la muerte, el envejecimiento y el amor. La fuerza detrás de álbumes tan aclamados como Mission Bell y Mountains of Sorrow, Rivers of Song, desde su debut discográfico de oro en 2005, Lee ha sido conocido por su asociación con una larga lista de colaboradores y compañeros de gira, desde Paul Simon hasta Zac Brown Band. Para el nuevo proyecto, anhelaba volver a un estilo de grabación de la vieja escuela, trabajando con su banda de toda la vida en un estudio en la zona rural de Marlboro, Nueva York, construido por el baterista Lee Falco y su padre con madera recuperada de una antigua iglesia ("es exactamente lo que uno pensaría de un estudio en el norte del estado de Nueva York debería serlo", señala Lee). Tocando en directo durante largas horas, en un espacio reducido, lograron capturar las doce canciones del álbum en menos de una semana. "Quería que estuviéramos todos en la sala, creando música juntos, escuchándonos y respondiéndonos", dice Lee. "En esta época en la que puedes hacerlo todo en casa y volar, hay algo realmente hermoso en entrar en una sala y empezar desde arriba, con el baterista marcando la canción y todos tocando. Yo lo llamaría vulnerabilidad".