Detalles: Todos hemos escuchado la historia del hijo músico del predicador: el soñador barbudo y con sombrero Stetson Stratoliner que se mudó a Nashville con nada más que una Martin y una oración. Caleb Elliott no es eso. Su historia es algo más salvaje. Viene de un lugar más profundo. Es una historia que el larguirucho y melenudo luisiano ha comenzado a contar en su álbum debut Forever to Fade. El disco de rock pantanoso y artístico une la distancia entre el acompañante de formación clásica que fue y el líder compositor en el que se ha convertido; las 480 millas entre sus orígenes musicales en Natchitoches y Lafayette y su nuevo hogar en The Shoals de Alabama; y el cambio entre una educación gótica dentro de una religión de estilo secta y la búsqueda de la liberación mental y artística. Mientras viajaba en los asientos traseros de las furgonetas de gira con Nicole Atkins, Dylan LeBlanc y Travis Meadows, y acompañaba en el estudio a otros artistas como Lera Lynn, John Paul White, Donnie Fritts y Sean McConnell, Caleb nunca dejó de componer su propio material. Junto con el productor Ben Tanner (cofundador de Single Lock Records y teclista de Alabama Shakes), Caleb superpone conmovedoras partituras de cuerda sobre ese ritmo potente y dulce que dio nombre al Muscle Shoals Sound y a los arreglos inspirados en John Cale. Forever to Fade demuestra que está listo para tomar el control.