Detalles: En 2012, Ideologic Organ lanzó el set de 2 LP, 12 Stationer VI (SOMA 007 LP), que incluye la última parte de una obra a gran escala del compositor húngaro-sueco Ákos Rózmann. En 2014, Ideologic Organ se enorgullece enormemente de presentar la versión completa de la obra maestra épica de Rózmann, presentada por primera vez en su totalidad como un set de lujo de 7 CD. Akos Rózmann (1939-2005) nació en Budapest, donde estudió órgano y composición en la Academia Liszt. De 1971 a 1974 estudió composición en el Royal College of Music de Estocolmo y desde 1978 fue organista en la catedral católica de Estocolmo. A lo largo de su vida, Rózmann se dedicó a la música concreta, desarrollando una de las obras más extensas y gratificantes en este, el género musical más alquímico de todos. A principios de los 80, Rózmann comenzó a construir un estudio electroacústico privado, que instaló en el sótano de la Catedral Católica, mientras continuaba trabajando en paralelo en el Elektronmusikstudion (EMS Suecia), donde produjo sus primeras obras maestras. Con un compromiso inquebrantable con la creación musical, Rózmann solía encerrarse en su estudio sin ventanas, trabajando hasta altas horas de la noche para lograr los resultados deseados. Esta combinación de visión, pasión y tenacidad dio como resultado uno de los catálogos más singulares dentro del campo de la música concreta, encargado por el compositor húngaro Miklos Maros, quien solicitó una obra de cinco minutos para piano y voz. Rózmann aceptó la oferta con la intención de escribir una pieza grabada a partir de grabaciones de la esposa de Miklos, la soprano Ilona Maros, y de sus propios experimentos con piano preparado. Los elementos grabados aquí se convirtieron en la fuente de "Doce Estaciones", una obra que se alejó del enunciado inicial de cinco minutos para convertirse, veinte años después, en un viaje espiritual de más de seis horas y media. El proceso compositivo es único en la obra de Rózmann debido al lapso de 18 años entre la fase inicial y la finalización de la obra final. La primera fase, realizada entre 1978 y 1980, consiste en una exploración de técnicas tradicionales de la música concreta, como la aceleración, la ralentización, el corte y el empalme de cintas. Las últimas cuatro estaciones, realizadas entre 1998 y 2001, adoptan tecnología digital, donde pequeñas secciones de las grabaciones originales de 1978 se alimentaron a través de un procesador de efectos y se improvisaron en un teclado sampler. A pesar de esta brecha y de las diferentes técnicas empleadas en cada período de creación, el resultado monumental se erige como un todo completo y asombroso. Dentro de las limitaciones establecidas del material original, la habilidad de Rózmann se despliega en una asombrosa capacidad para extraer un vasto mundo de sonido flexible de las grabaciones originales de piano y voz. El resultado es una vorágine de audio dinámico y una de las obras más audaces, desafiantes y gratificantes de la música concreta del siglo XX. Rózmann solía ser ambiguo sobre el significado de su obra, a pesar de haber sugerido previamente que la primera parte de las Doce Estaciones era una interpretación de la Rueda de la Vida tibetana. Las Doce Estaciones es una obra maestra única de la música concreta del siglo XX y se presenta como un ámbito sonoro intensamente personal y audaz, una ofrenda en sí misma, una misa radical abierta a todos. — Mark Harwood; Presentada en un estuche de tapa dura con cinta de cierre, incluye un folleto de 20 páginas que contiene un extenso ensayo sobre la composición del erudito Gergely Loch, fotos del proceso, de las partituras y del compositor.