Detalles: Se sabe que Eugène Ysaÿe (Lieja, 16 de julio de 1858 - Bruselas, 12 de mayo de 1931) concibió la idea de escribir un ciclo de seis sonatas para violín solo durante un concierto en julio de 1923, mientras escuchaba a su gran músico contemporáneo Joseph Szigeti interpretar a Johann Sebastian Bach. Se encerró en su habitación, con instrucciones de que no lo molestaran excepto para recibir sus comidas, y durante las siguientes veinticuatro horas esbozó las seis piezas que se convertirían en su Op. 27. Aunque la anécdota está históricamente bien fundamentada, es dudoso que un ciclo destinado a convertirse en un monumento al arte del violín solo en el siglo XX —lo que las sonatas y partitas de Bach lo fueron para el siglo XVIII y los Caprichos de Paganini para el XIX— pueda reducirse a un acto creativo improvisado, en lugar del resultado de un proyecto compositivo meditado. Basta una mirada a las sonatas en su conjunto para captar los indicios de un plan preciso, nacido del deseo de un virtuoso, a punto de colgar el arco, de escribir su testamento artístico y técnico destacando las profundas conexiones entre el legado de la tradición y los logros más innovadores de la música de su tiempo.