Detalles: Carl Goldmark no era sinfonista, y eso no es ningún secreto. Sus escasos intentos en este campo —una obra temprana, parcialmente perdida, y su segunda sinfonía, la Op. 35, no aportaron gran cosa, y la Ländliche Hochzeit, a la que se le asignó la etiqueta genérica de «sinfonía»— no hacen más que confirmar que este maestro del colorido orquestal era sobre todo bueno en la creación de imágenes atmosféricas y de carácter. Goldmark, evidentemente, necesitaba un «pretexto» programático o dramático para alcanzar su máximo potencial creativo, razón por la cual alcanzó la mayor fama y cosechó sus mayores éxitos con sus obras escénicas (entre las que destaca: «Die Königin von Saba»), así como con sus oberturas de concierto. Como él mismo afirmó, un cambio de ambiente favorecía su capacidad de inspiración, por lo que buscó repetidamente los extremos al seleccionar sus materiales y temas. En consecuencia, este nuevo álbum con la Sinfónica de Bamberg y el director Fabrice Bollon es también un «compuesto»: complementa el Vol. 1 (555 160-2) con un programa que incluye las tres alegres oberturas I'm Frühling (En primavera), In Italien (En Italia) y Aus Jugendtagen (De los días de juventud), los preludios de sus dos últimas óperas, Götz von Berlichingen y Ein Wintermärchen (Un cuento de invierno), y una rareza especial en forma de la imagen sinfónica Zrinyi, un monumento musical a este héroe nacional húngaro-croata y una obra con la que Goldmark quería expresar su gratitud a su territorio magiar natal.