Detalles: Pocas obras de un gran compositor han recibido tantos arreglos como los dramas musicales de Richard Wagner. Hace tan solo unos años, Cord Garben encontró los "50 Movimientos Sinfónicos de los Dramas Musicales de Richard Wagner" en una librería de anticuario. Fueron creados por el abogado, compositor y mecenas de Hamburgo, Hermann Behn (1859-1927), entre 1914 y 1917. En su arreglo de la Segunda Sinfonía de Gustav Mahler para dos pianos a cuatro manos (Musicaphon M56915), Behn utilizó el procedimiento habitual, es decir, la distribución de la sustancia relevante de la partitura orquestal de forma que ambos pianistas puedan interpretarla con facilidad. Sin embargo, con los dramas wagnerianos optó por un camino completamente distinto. En 1914, ya había logrado su característico sonido sinfónico en los pianos durante la edición de los primeros fragmentos del "Anillo del Nibelungo". Para ello, empleó astutamente la duplicación de progresiones de acordes y una digitación de la mano izquierda absurdamente amplia, que solo puede interpretarse en un estilo "roto", es decir, desgarrando rápidamente las notas de abajo a arriba. Esto inevitablemente conduce a imprecisiones deliberadas en la correspondencia que, con un uso adecuado de los pedales, resultan en una riqueza sonora inaudita. Christiane Behn y Cord Garben interpretan los arreglos de Behn (fragmentos) en dos Steinway de 1912, que pertenecieron a Rafael Behn, primo de Hermann Behn, y que ahora son propiedad de Christiane Behn. Behn interpretó sus propios arreglos en estos instrumentos (junto con su amigo Gustav Mahler y Rafael Behn, entre otros).