Detalles: Lanzamiento en 2018. Jordie Lane siempre está atrapado en un diluvio. "Me pilló una tormenta rápida mientras tomaba mi café", dice con un humor inagotable y afable. El aclamado artista australiano de raíces indie, quien recientemente se mudó de Melbourne a Los Ángeles y luego a Nashville, es maleable y resiliente a pesar de los cambios que se le han presentado. Glassellland combina las influencias tropicales del desierto de su tierra natal con el folk moderno del suroeste de su nuevo hogar. Producido por Clare Reynolds (Timbaland, Haley Reinhart, Greyson Chance), ambos crearon Glassellland en estudios transitorios demolidos, que construyeron y deconstruyeron en diferentes espacios del noreste de Los Ángeles. "Con el estudio haciendo las veces de cocina y sin puerta al dormitorio, realmente no había escapatoria a la música". Además de construir el estudio, también diseñaron y tocaron cada sonido del álbum, lo que le dio un toque muy personal. "Clare tiene un pasado operístico y se formó como cantante de ópera en Australia, así que proviene de una escuela de pensamiento totalmente diferente a la mía en cuanto a composición y producción", dice Jordie. "Ella sabía cuándo una canción estaba lista para grabar y cuándo conseguíamos la toma. Eso es algo que yo nunca podría lograr por mi cuenta". De una fusión de géneros, influencias y trasfondos, Glassellland es el producto de un forastero que se sumerge en un territorio desconocido y disfruta cada instante. Jordie Lane ha creado un disco lleno de misterio, pero de esos que revelan su secreto con alegría tras unas pocas escuchas. "De eso se trata realmente este disco", dice Jordie. "Unir realidad y fantasía".