Detalles: Tras casi tres años y sesenta demos, el álbum debut de Launder es Happening. En 2019, el músico John Cudlip, criado en el condado de Orange y residente en Los Ángeles, firmó con Ghostly International para construir su proyecto discográfico, surgido de sesiones informales con sus amigos Jackson Phillips (Day Wave), Soko y Zachary Cole Smith (DIIV). La música de Launder había recibido una atención inesperada, con Stereogum situándola "en algún punto intermedio entre el lo-fi de los 90 y el shoegaze", y Gorilla vs. Bear destacando la "gran habilidad de Cudlip para crear coros melancólicos y evocadores que te hacen sentir como si conocieras estas canciones desde siempre". Con la suspensión de sus conciertos en 2020, se sumergió de lleno en la composición y los arreglos de un sinfín de ideas. Cudlip también abrazó la sobriedad, redirigiendo sus tendencias adictivas, antes destructivas, hacia la práctica del estudio: todos sus pensamientos consumidos por la melodía y la textura, todos sus recursos volcados en la mecánica, cada zumbido, silbido y murmullo de este disco se convirtió en su mundo entero. El conjunto resultante se extiende a lo largo de un doble LP; es considerado un debut bestial y está orgulloso de él, viviendo con él, por fin. A lo largo de sus trece canciones, Happening es atemporal, lidiando con algo más que la melodía, lo catártico y lo tierno, en deuda con los grandes del indie rock a la vez que se nutre de una autorreflexión moderna y prudente. "Siento que me he convertido en un compositor mucho más autosuficiente en comparación con los EP y los discos de 7 pulgadas, pero no podría haber hecho este disco sin la banda", dice. "Las canciones cobraron vida en el local de ensayo con ellos, fue como si se encendiera un interruptor". Para grabar el álbum, Cudlip y sus colaboradores, entre ellos Chase Meier (bajo), Bryan DeLeon (batería) y Nathan Hawelu (guitarra principal), se unieron al coproductor, ingeniero y mezclador Sonny DiPerri (My Bloody Valentine, Nine Inch Nails, DIIV) en New Monkey Studio, el estudio de grabación analógico/digital moderno de Van Nuys, California, que en su día fue propiedad de Elliott Smith. Cudlip diseñó la configuración de sus sueños: alternando la afinación de una flota de Fenders para facilitar su interpretación como zurdo, experimentando con diferentes amplificadores (un Marshall JMP de finales de los 70 se encargaba de gran parte del sonido) y logrando que las voces encajaran a la perfección con el viejo micrófono Neumann U48 y el compresor Fairchild de Smith. Con cada ajuste sutil y cada toma mejorada, bromeaban diciendo: «Está pasando». La típica frase que se dice para mantener la atmósfera relajada, pero con cierta gravedad, mientras el grupo se veía obligado a esperar a estar de nuevo en el mismo espacio. Era evidente para ellos que algo magnético estaba dando forma a este disco. El tema inicial, "Unwound", impacta con ganchos imponentes; Cudlip y Zachary Cole Smith se refirieron a la primera maqueta como "rock de estadio", y uno podría imaginar sus riffs dentados llenando ese espacio. Es un prefacio convincente, en la línea de temas iniciales que marcan la misión de un álbum, como "Serve The Servants" de Nirvana, "Darklands" de The Jesus and Mary Chain y "I Wanna Be Adored" de The Stone Roses, que encapsula la composición clásica, tranquila y ruidosa, de su juventud. Tras las brillantes líneas de guitarra se esconde un hilo conductor más oscuro; un personaje, o tal vez un yo, es interrogado; "dices que ya estás limpio", canta con desdén. A continuación, "Intake", más urgente e impulsiva, construida sobre una batería potente y una interacción de guitarras nervuda, todo el telón de fondo de una especie de amor arriesgado. "Quería una canción en el disco con guitarras más limpias, y esta es prácticamente la única". La retroalimentación vuelve a crecer en "Blue Collar", una oda visceral a la soledad, escrita en su ciudad natal, Dana Point, con una guitarra vieja y una afinación inusual. "A veces, mientras escribo, repito una parte de la canción durante 30 minutos hasta que llego a un estado hipnótico, y eso es lo que pasó aquí", dice. "No sé de dónde salió ese riff, pero es uno de mis favoritos del disco". Hay una sensación de deseo nostálgico y remordimiento en estas canciones, no más potente que "On A Wire", con Cudlip recordando "todas las pequeñas partes de ti" sobre una cresta de percusión estrepitosa, sus líneas resonando con la expresividad de su guitarra. El artista francés Soko se encarga de la voz principal en "Become", que se desarrolla en una línea de bajo entrelazada entre guitarras vaporosas, brillantes y destrozadas a la vez. "Esta es la canción más colaborativa del disco, y es genial cuando funciona; no podría haberla convertido en lo que es solo", añade Cudlip. Una de las canciones más cortas y dulces del álbum, "Chipper", combina un fraseo de guitarra aturdido y decaído con una nítida franqueza pop. Su estructura concisa refleja tanto una confianza descarada como una brusquedad distante. Es una canción de amor escrita con fiereza, una crítica a la lujuria fugaz. Donde los debuts a menudo parecen estar llenos de un potencial incipiente, Launder ha creado una colección profundamente perfeccionada que está en pleno auge. Un álbum orientado al proceso, el trabajo de una persona que madura con su arte, el sonido de un compositor que supera sus límites con resultados emocionantes y memorables.