Detalles: "Para escuchar con los oídos semi-flexionados, o con un lado orientado hacia lo que Maryanne Amacher llama 'el tercer oído'. La gran reverencia que la música clásica india le otorga al Tanpura, su lugar trascendental pero oculto en la tradición, junto con su función normal como bordón, causó una fuerte impresión en el compositor, de tal manera que le llevó décadas formular incluso un simple Estudio del Tanpura. Los fundamentos, el Om, así como los armónicos, la música de las esferas; todos tienen su razón de ser, pero en el Estudio del Tanpura están incrustados en una serie de gestos, lo que yo llamo firmas, a nivel melódico. En 'Tanpura & Harpsichord', hay un encuentro de armónicos con acordes entrelazados en notas de juego de palabras, lo que Gerard Grisey llama 'grados de transposición'. En conjunto, esto equivale a un no espectralismo en el que, contrariamente a las primeras impresiones, no hay frecuencias fundamentales, ni siquiera en el bajo. Ajaeng Ajaeng: con respecto a los instrumentos de cuerda europeos, la técnica El col legno ofrece el encuentro directo de la madera y la cuerda, abriendo camino a una concepción más táctil del sonido sostenido, a la vez que cuestiona la materialidad del arco y sus prácticas. En arcos de violín, viola y violonchelo, la madera de Pernambuco ofrece un ejemplo ideal de extracción, colonialismo y deforestación. Con el ajaeng, un instrumento musical coreano, la situación es más compleja. La dialéctica entre la música cortesana y la folclórica, siempre política, siempre incendiaria, se percibe aquí en el encuentro de la forsitia y la seda, del dae ajaeng al so ajaeng, y en un nivel más amplio, del dang ak (música de la dinastía Tang) al hyang ak (música nativa coreana) y sus representaciones. La música y el sonido alternan, conjuntos de armónicos mezclados con ruido, marcados por el cambio de arco, en patrones flameantes que parpadean, emergen y se desvanecen. Una estructura de ralentización, también formalizada en la Medicina del Tiempo, parece producir un largo decrescendo, con la técnica de los intérpretes prolongando los patrones de parpadeo en una especie de juego. El objetivo aquí no es producir un zumbido, sino ahondar en la cuestión de la vida en el sonido. Este aparente surgimiento de la vida se debe al aparato, lo que Marx llama un «jeroglífico social», que une la forsitia y la seda en la técnica, cultivada mediante prácticas que se sustentan a su vez en las relaciones reales entre alumno, maestro y alumno... -Eyvind Kang, abril de 2020