Detalles: Siete años después de triunfar con los cuartetos de Dvorák, el Cuarteto Pavel Haas regresa a Dvorák. Para grabar sus quintetos, han invitado a dos invitados: el pianista Boris Giltburg (ganador del Concurso Reina Isabel de 2013) y uno de los miembros fundadores del PHQ, el violista Pavel Nikl. Antonín Dvorák compuso su Quinteto para piano n.º 2 durante su estancia en su querida casa de verano en Vysoká a finales del verano de 1887. El reconocido crítico Eduard Hanslick respondió con entusiasmo a su interpretación en Viena: «Es una de sus obras más hermosas. Un auténtico Dvorák». El Quinteto de cuerdas op. 97, aunque solo seis años más joven, presenta un Dvorák completamente diferente. Tras la Sinfonía del Nuevo Mundo y el Cuarteto «Americano», este quinteto de cuerdas es la tercera obra del compositor escrita en Estados Unidos. Además de inspirarse en la música de la tribu nativa americana de los iroqueses, que escuchó en Spillville en el verano de 1893, construyó el tercer movimiento en torno a un tema que previamente había considerado usar en una propuesta para un nuevo himno estadounidense. ¿Y el testimonio de Hanslick? «Esta es probablemente la música más sencilla, natural y alegre compuesta desde la época de Haydn. El oído la disfruta con una actitud relajada y el espíritu no se aburre ni un instante». El Cuarteto Pavel Haas se siente como en casa con la música de Dvorák; según el Sunday Times, «En este repertorio, son simplemente incomparables hoy en día».