Detalles: Friedrich Eck, once años menor que Mozart y tres mayor que Beethoven, causó sensación en las capitales musicales europeas a finales del siglo XIX. La prensa elogió la calidad de su sonido y elogió el amplio y hermoso tono de este hombre que, sin duda, habría disfrutado de una carrera aún más exitosa si no hubiera dejado repentinamente el arco y colgado su instrumento en la pared por razones aún desconocidas. En 1800, se retiró a Francia con su segunda esposa (de la nobleza). Esta repentina retirada de los escenarios también pudo haber contribuido significativamente a que los conciertos virtuosos que escribió para sí mismo desaparecieran en el olvido, aunque fueron impresos por editoriales de renombre durante su vida. Esto se debió presumiblemente a las enormes dificultades técnicas de interpretación en la parte solista, ya que la música, encantadoramente melódica, intuitiva y de hermosa sonoridad, del desconocido Eck no tiene nada que envidiar a los cinco conciertos de Mozart. ¡Escúchelo usted mismo!