Detalles: Sampleado, versionado, citado y recitado infinidad de veces, este podría ser uno de los sencillos de hip-hop más influyentes de la historia. Pero, en muchos sentidos, su importancia va más allá de su condición de clásico como sencillo por sí mismo. En retrospectiva, muestra al dúo de Erick Sermon y Parrish Smith como pioneros en la producción, creando un sonido basado en el funk que sirvió de modelo para artistas del otro lado del país. En 1987/88, la mayor parte del rap de la Costa Oeste aún se ceñía a un modelo sonoro de la Costa Este. Para 1989, se apoyaban tanto en samples de Zapp y Roger Troutman como EPMD en este sencillo. La base del tema es interesante, con un fragmento del tan popular «Catch a Groove» de Juice (que ha sonado en todas partes, desde los Beastie Boys hasta Kings of Pressure), superpuesto con grandes fragmentos de «Jungle Boogie» de Kool & The Gang y el irreprimible «More Bounce to the Ounce» de Zapp. El funk vocodeado era una rareza en el hip-hop neoyorquino hasta esta canción, pero fueron los artistas de G-Funk de la Costa Oeste quienes realmente lo impulsaron. Su popularidad se extendió por todo el país (y, para ser justos, por todo el mundo), con EPMD realizando numerosos conciertos en California basándose en su sonido, alejándose de sus colegas obsesionados con James Brown para mostrar sus propios gustos musicales. Dicho esto, la otra cara de la moneda —presentada aquí en un 7" y, de hecho, en cualquier sencillo, por primera vez— lo remonta a la era de JB. «(It's Not the Express), It's the JB's Monaurail» de The JB's se entrelaza con Otis Redding y los Beastie Boys para crear un medio tiempo que te hace cabecear por excelencia. Siempre fue demasiado bueno para no ser un sencillo.