Detalles: Casi dos años después del lanzamiento de su exitoso álbum, Citizen regresa con su esperado siguiente álbum, Everybody is Going to Heaven. Estas diez canciones se ven envueltas en una atmósfera oscura y amenazante, magistralmente creada por el productor Will Yip, y una energía inmediata e intensa es palpable incluso desde los primeros y sombríos segundos del tema inicial, "Cement". Como en todos los lanzamientos de Citizen, la entrega vocal característica de Mat Kerekes es una característica distintiva, que demuestra la tensión emocional que se desborda en este lanzamiento. Tan catártico como siempre, se debate entre un suave canturreo y un grito inquietante, confrontando a sus demonios en temas como "My Favorite Color", que hace eco del atormentado estribillo: "Mi corazón todavía late por nada". Y aunque la mayor parte del disco es una avalancha intensa y ruidosa, canciones como "Heaviside" y "Yellow Love" actúan como armisticios, cada una con una consonancia dolorosa y empapada de reverberación. Everybody is Going to Heaven es un disco que define a Citizen: considerados en su momento como recién llegados con un potencial innegable, la banda demuestra aquí que ha madurado de manera abrupta y única, sin que se vislumbre un final para su trayectoria ascendente.