Detalles: Creado lentamente a lo largo de un período de años que abarcó la grabación de Stray Fantasies en 2019, el dúo de marido y mujer Hollie y Keith Kenniff presenta In a Deep and Dreamless Sleep, un capítulo claramente más difuso de su aventura pop tecnicolor, Mint Julep. Mientras que el primer álbum presentaba un entramado cristalino de estructura pop definida, el segundo atenúa la agudeza y suaviza el brillo, logrando un equilibrio entre la composición y el material solista de Hollie, así como la producción de Keith como Goldmund. In a Deep and Dreamless Sleep asume una forma más aireada, exudando una densa niebla de sensibilidad shoegaze, aunque el contagioso saber hacer pop de su precursor permanece intacto. "Nuestro material anterior tendía a estructurarse principalmente en un entorno de verso/estribillo", explica Keith, "pero estas canciones son más fluidas y de composición profunda, con un enfoque en el estado de ánimo y la textura. Continúa: "Muchas de las canciones son más un monólogo interior que premeditadas; Fuimos con las primeras ideas y dejamos que ellas guiaran la composición en lugar de planificar una hoja de ruta definitiva, lo que esperamos sirva para crear una conexión emocional específica y única”. En contra de su título, In a Deep and Dreamless Sleep está lleno de insinuaciones oníricas donde despertar y dormir, amar y partir, vivir y morir, todo es intercambiable. El álbum está imbuido de la suave opiación del amor inminente, o quizás sea la tristeza de un amor en su ocaso. O, aún más, ese sentimiento es el de la pareja que nutre su amor en el contexto de sus ajetreadas vidas. «El tiempo es un bien preciado, pero nos esforzamos por hacerlo juntos», dice Keith. «Un julepe de menta es una buena experiencia para conectar, es como una cita nocturna. Nuestra rutina no está estructurada, pero la vamos cumpliendo poco a poco, a veces en largos periodos, a veces en breves momentos de oportunidad». In a Deep and Dreamless Sleep es una ventana a un mundo paralelo, embriagador y romántico, que los Kenniffs han construido con sintetizadores analógicos, un diseño de sonido magistral, ganchos impregnados de néctar y voces etéreas que se adentran en un mar de texturas. Han logrado pulir años de citas nocturnas en una colección de 46 minutos de pop ambiental fosfórico con una consistencia hábil que contradice la creación informal del álbum.