Detalles: Grace Ives nunca se dedicó a la música en el sentido tradicional, como muchos de sus compañeros. En cambio, la siguió como un hilo conductor que conectó sus diversas residencias durante los últimos años. Ya sea viviendo en Brooklyn con sus padres, en Baltimore mientras estudiaba brevemente en MICA, o durante los tres años siguientes en SUNY Purchase, Grace hizo música sin importar el contexto ni la ambición. Compuso canciones pop inspiradas en los sonidos de Brittany Spears y Rihanna rodeada de amigos punks en Maryland; compró MC 505 para emular el sonido de MIA mientras se mezclaba con la guitarra cuando el culto a Mitski aún dominaba el campus de SUNY Purchase; y abrió tantos conciertos para una, o quizás dos personas, que ni siquiera se le ocurre contarlos. Pero a lo largo del camino, se ganó a la gente, casi literalmente una a una, hasta que el público comenzó a crecer. Ahora, viviendo en Astoria, Queens, Ives sale regularmente de casa con una bolsa azul de Ikea llena de su equipo musical para dar conciertos por toda el área metropolitana, ante un público cada vez más insaciable. En cuanto a su proceso de composición, sus ideas melódicas simplemente no la abandonan. Siempre está cantando. Gran parte de su obra surge de recuerdos sencillos y cercanos. Es casi como si plasmar sus pensamientos en una melodía fuera una forma de procesar el mundo que ve desplegarse a su alrededor. Estos humildes orígenes de sus canciones, increíblemente pegadizas, son, según ella, resultado de un enfoque de "manténlo simple, estúpido", que logra con la confianza ardiente de artistas como Bratmobile o Minutemen. Como diría Grace: "Soy un hombre de pocas palabras, o simplemente las mismas palabras una y otra vez. Todo en mí es muy relajado, mi música se supone que es divertida y bailable. Escribo canciones para que se queden grabadas en la mente de la gente. Sigo una fórmula. Butterfly tiene dos notas, Mansion tiene seis. Intento mantenerlo minimalista, solo para poder sacar esta idea a la luz y escucharla. Simplemente intento crearlas, no para poder hacer otra cosa, como dormir, beber o ir de fiesta, sino para poder hacer más. Soy empático, compro con un presupuesto ajustado, soy tu amigo y quiero escribir canciones para ti... para bailar. Y soy un gran cocinero: hago una boloñesa espectacular.