Detalles: Incluso en 1987, Guided by Voices no se conformaba con lanzar un solo álbum al año: Sandbox se lanzó en el verano de ese año, tras la aparición de Devil Between My Toes en febrero. Del mismo modo, en un estilo similar a GBV, el sonido y el enfoque de ambos álbumes no podrían ser más diferentes. Donde Devil se centra principalmente en una psicodedia lo-fi más oscura, junto con varias exploraciones instrumentales, Sandbox es soleado, directo, tiene un sonido más grande y crujiente, y cero instrumentales. Donde Devil tiene una foto turbia e impresionista en blanco y negro de un gallo como portada, Sandbox luce una foto a todo color de la banda relajándose en el césped en un día soleado. Recordemos también que, a diferencia de hoy, en 1987 una carátula de álbum a todo color no solo era un poco más cara que una en blanco y negro, era mucho más cara. Desde el principio, la banda comunicó que se trataba de un proyecto comercialmente más ambicioso, mientras que detrás de escena alquilaron mejores equipos para lograr un sonido más potente, abordaron arreglos más sofisticados y perfeccionaron los ganchos y las armonías de las canciones. De todos los primeros álbumes autoeditados de la banda, Sandbox es el que más difiere del sonido que los fans asociarían posteriormente con el grupo, lo cual es en sí mismo una recomendación. En ningún otro lugar se escuchan las armonías a tres voces perfectamente interpretadas de "Long Distance Man", las citas directas de los Beatles ni a Robert Pollard deleitándose con su acento sureño de Ohio. También es cierto que uno de los aspectos más disfrutables del disco es encontrar todos los lugares donde se prefigura el futuro de la banda. En pocas palabras, Guided by Voices no puede evitar ser un poco peculiar, incluso intentando algo así como un álbum de power pop. Al final del primer tema, Pollard anuncia: "¡Damas y caballeros! De vuelta por petición popular para su entretenimiento e iluminación espiritual... Electric Jam Soul Aquarium!", un auténtico momento de "¡Qué demonios está pasando aquí!". O la melancolía despojada de "Trap Soul Door", un tema que encajaría a la perfección en casi cualquier álbum posterior de GBV, donde Pollard entona: "Una sola chispa puede iniciar un fuego infernal". Lo que no sabía es que esa afirmación llegaría a ser tan cierta.