Detalles: El último álbum de Massicot se sitúa en un extraño y maravilloso triángulo Reuleaux, situado entre el misticismo narrativo espiritual tradicional del folclore pagano del norte de Europa, los polirritmos de inspiración latina y de Oriente Medio, y el post-punk. Sus arreglos serpenteantes son plenos y jugosos, pero a la vez formados a partir de los elementos más simples, minimalistas, esculpidos y recombinados. Los vibrantes tapices percusivos multitímbricos se combinan con bases densas y pulsantes para formar ritmos envolventes y firmes, acentuados por ganchos de guitarra cítricos que evocan el ímpetu percusivo de Glenn Branca o de los talk-heads, y apaciguados por melodías vocales corales y de estilo canto letón. Massicot coreografía una especie de danza de carrusel carnavalesco eterna que atrapa la mente y seduce al cuerpo. El ritmo es clave, mecánico, pero a la vez matizado, seductor y humano.