Detalles: Reedición. A los coleccionistas de discos, productores y buscadores de tesoros les encantan los buenos mitos de la creación, y el debut homónimo de Skull Snaps lo tenía todo. Un misterioso trío de funk, que grabó un álbum con un nombre curioso, lo guardó en una funda que parecía más bien un álbum de protometal y lo lanzó a través de un sello (GSF Records) que cerró poco después. Todo apuntaba a que el álbum de Skull Snaps era un objeto totémico, empaquetado de una manera que predijo su propio desenterramiento casi veinticinco años después. Para quienes lo probaron, mantener el mito fue ventajoso, tanto para su reputación como para su conciencia. Del mismo modo, una reedición no autorizada de 1995 en Charley Records eliminó los créditos de la funda interior para separar aún más el disco de su contexto, o quizás porque el sello no podía permitirse usar los nombres de artistas a los que no tenían intención de pagar. De cualquier manera, poseer el disco fue un rito de paso, como escribió una vez Amir Abdullah: "Si no tienes Skull Snaps en tu colección, tu colección es débil".