Detalles: Dirigida por Elizabeth Banks e inspirada en la historia real de 1985 sobre el accidente aéreo de un narcotraficante, la pérdida de cocaína y el oso negro que se la comió, esta desenfrenada comedia negra nos presenta a un grupo peculiar de policías, delincuentes, turistas y adolescentes que convergen en un bosque de Georgia donde un depredador de 225 kilos ha ingerido una cantidad asombrosa de cocaína y se ha desatado, impulsado por la cocaína, en busca de más... y sangre. Para Cocaine Bear, Mothersbaugh quería una banda sonora que reflejara y capturara la cultura de los 80, con una personalidad que evolucionara a medida que evolucionaba la música de la década. "Al principio de la película, empieza muy pop", dice Mothersbaugh. "Pero a medida que avanza, se vuelve más pesada. Las guitarras pasan de ser acústicas y ligeras a distorsionadas y más agresivas, y hay sintetizadores que proporcionan un pulso que mantiene la película en movimiento".