Detalles: En la era de los excesos teatrales del rock de los años 70, Sorcery ofreció actuaciones de otro nivel en las que se produjo una batalla en el escenario entre ilusionistas que representaban a Merlín contra Satanás. Mientras Alice Cooper y KISS introdujeron el vestuario, la sangre y los flashes al mainstream, estos rockeros de Los Ángeles integraron magia en vivo, drama teatral y una actuación rompedora de la cuarta pared para alcanzar nuevas cotas en la narrativa musical. Si bien Sorcery está formado por músicos profesionales —el grupo principal es el guitarrista Richard (Smokey) Taylor, el vocalista Greg Magie y el bajista Richie King—, dos magos también actuaron en el escenario cuando tocaron en vivo. La popularidad local casi inmediata de la banda desde su debut en 1975 también los convirtió en artistas muy solicitados para cine y televisión. Y aquí está Stunt Rock. Mucho antes de Jackass, antes de Cocodrilo Dundee, contemporánea con Kiss Meets The Phantom Of The Park y tan atemporal como el Heavy Metal clásico, llegó Stunt Rock. Esta película de serie B de bajo presupuesto y alto concepto de 1978 integró hard rock, magia, acrobacias peligrosas y una forma temprana del cine de falso documental en un largometraje épico sobre un especialista australiano que se reencuentra con su primo estadounidense (y miembro de Sorcery) en Los Ángeles, y se desata el infierno. Sorcery compuso la banda sonora, que también sirvió como álbum debut de la banda, y se les mostró interpretando canciones a lo largo de la película. La banda sonora de Stunt Rock destaca el equilibrio perfecto entre la imaginería ocultista, lúdica y exagerada, de los 70, antes de que Satanic Panic y la indignación kayfabe de la derecha religiosa impulsaran a las bandas a moderarse en favor de la pompa glam. Lo que se obtiene aquí es heavy metal ocultista puro y complejo que suena como Judas Priest de la época de Sin After Sin, con Robert Plant a la voz, cruzado con el melodrama de las óperas rock de Alice Cooper y The Who. Las canciones son tensas, cambiando rápidamente de una parte a otra, de motivo a obertura. Las melodías son infinitamente pegadizas y están llenas de títulos que llaman la atención como "Talking To The Devil", "Mark of The Beast", "Stuntrocker" y "Burned Alive". A primera vista, la película Stunt Rock parece lo suficientemente exagerada y loca como para ser aceptada incluso si la música no fuera tan emocionante, pero Sorcery demuestra que su trabajo merece ser seriamente apreciado en el canon del rock clásico.