Detalles: Para Greg Méndez, el reflejo no significa una imagen estática en un espejo, ni siquiera un rostro que reconoce. Es más bien un espejismo caleidoscópico, donde los caminos tomados cambian de forma ante la perspectiva de caminos no transitados, y el subconsciente se fusiona con lo intencional. En su nuevo álbum homónimo, el compositor y multiinstrumentista residente en Filadelfia investiga la cámara temblorosa de la memoria, esforzándose por forjar un collage que apunta a una verdad. Pero aquí no hay una realidad reglamentada; en cambio, Méndez resalta el mérito de muchas verdades y muchas vidas, y cómo incluso las verdades más duras pueden contener algo de humor. Si bien este es técnicamente el tercer álbum de larga duración de Méndez, su catálogo anterior cuenta con una amplia gama de EP y grabaciones en vivo. Es un compositor prolífico y reflexivo, que comprende la alegría del impulso y rehúye el brillo clínico de la sobreproducción. "-\ _(?)_ /-" de 2017 y Cherry Hell de 2020 fueron aclamados por su serena urgencia lo-fi, explorando temas de adicción y desamor con una neblina intencionada y auténtica. Es este enfoque el que ha consolidado a Mendez como un referente en la comunidad DIY durante años. Greg Mendez fue escrito en fragmentos, algunos de los cuales abarcan más de una década, con Mendez reelaborando viejas ideas y arreglos, y otros floreciendo mucho más recientemente. El peso del tiempo, y quizás la ansiedad de agotarlo, nubla el álbum, mientras Mendez indaga en algunas experiencias dolorosas de su infancia y juventud. El hilo conductor que conecta a los personajes son sus evidentes imperfecciones y los diversos grados de daño que causan, consciente o inconscientemente. Pero ¿dónde trazamos la línea entre una buena persona y una mala? Para Mendez, nunca ha sido tan fácil. Greg Mendez es un diálogo íntimo entre los capítulos que hemos vivido y cómo estos pueden influir en la realidad que percibimos. Es un recordatorio de que somos seres en constante transformación y que, si reflexionamos demasiado, podemos quedar atrapados en la seriedad del asunto. Aquí, Méndez nos permite tomarnos el tiempo para observar lo que sucede fuera del marco que hayamos construido para nosotros mismos y la belleza que puede surgir cuando finalmente lo hacemos.