Detalles: Deificado en vida por la prensa, que durante cuatro décadas ha capitulado ante su obviedad, adorado por un público que ahora solo acude en masa a verlo, una vez más, recorrer y emocionar escenarios que no exigían tanto, padrino, casi a su pesar, de corrientes alternativas que él mismo ha decapitado de un mordisco en cada renacimiento, Iggy Pop es más que un artista en la brecha. Él es la brecha. Desde "Préliminaires", sabemos que Iggy puede expresarse de otras maneras además de rugir guitarras y llover astillas, además de aullar pólvora. Solo necesita el impulso. Impulsado únicamente por sus aspiraciones artísticas y por una necesidad vital de llegar al meollo del asunto, su forma de actuar lo ha llevado a grabar, bajo influencia francesa, artísticamente y desde el corazón, la docena de canciones de este "Après", que rima con su presente. Con sus versiones de "La vie en rose", "Everybody's Talking", "Syracuse", "Michelle" y "Et si tu n'existais pas", Iggy no intenta demostrar nada. Simplemente muestra la otra cara de su personalidad hacia la luz, dejando que otros adivinen cuál es la más oscura. Muy lejos de los ritmos salvajes y emocionales que ha elegido expresar de otra manera. "Après" merece resonar, alto y claro, y de una manera diferente. Con una voz tan bella como profunda, que remueve las entrañas, Iggy Pop se apropia de estos clásicos, adaptándolos a sus propias dimensiones y garantizando la emoción.