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El 15 de julio se estrena el primer álbum de Interpol en cuatro años, The Other Side of Make-Believe. Si bien el destino no decretó las circunstancias para el séptimo álbum de Interpol, al menos fue una suerte que la banda concluyera felizmente su ciclo Marauder en el escenario frente a más de 30 mil fans peruanos. En lugar de estar de gira o promocionando nueva música como tantos otros músicos, cuando se impuso el confinamiento en marzo de 2020, Interpol rápidamente se puso en marcha.

Viniendo de un grupo cuyo trabajo inicial se caracterizó por polacos que blandían cuchillos y asesinos en serie encarcelados, cabría esperar que el disco pandémico de Interpol fuera un pozo de alquitrán emocional, y más aún dada la presencia del imponente dúo de productores e ingenieros Flood and Moulder (Nine Inch Nails, Gary Numan, Depeche Mode) en los controles. Pero Banks sintió la llamada a buscar un equilibrio, con himnos a la resiliencia mental y al poder silencioso de la tranquilidad. "La nobleza del espíritu humano reside en recuperarse y resurgir", afirma. "Sí, podría centrarme en lo jodido que está todo, pero siento que ahora es el momento de tener esperanza, y una emoción aún creíble dentro de lo que hace a Interpol Interpol".