Detalles: Last Dinosaurs ha encontrado una sucesión rítmica durante la última década, una que los ha sacado de Australia, los ha hecho pasar por el ojo de la aguja europea, los ha llevado a escribir en antiguos pueblos fantasmas japoneses, a los escenarios más emblemáticos de Estados Unidos y, de alguna manera, los ha anclado en medio de un vacío sagrado -un anillo de fuego, en realidad- que pocos artistas encuentran. Lo llaman vacío legal porque no ha sido lineal, no se ha promocionado, no se ha anunciado, popularizado ni impulsado por la prensa. Échenle la culpa a los jóvenes latinos y asiáticos que escuchan a todo volumen su trío de discos de indie-rock, o a los fiesteros internacionales de internet que llaman a su puerta digital las 24 horas, pero Last Dinosaurs está arrasando. Todos lo han sentido en el escenario y entre bastidores en cada santuario sonoro con entradas agotadas que han arrasado.