Detalles: Nahawa Doumbia es una de las vocalistas más representativas de Mali en las últimas cuatro décadas. Su obra recorre etapas progresivas de evolución musical y modas sonoras, lo que dificulta su resumen o incluso su comprensión. Ha formado parte de la música popular desde finales de los 70, a medida que su versión de la música de Wassoulou evolucionó de un dúo de voz y guitarra a bandas de gira a gran escala con una fuerza explosiva y electrizante. Como dice Doumbia: «Mi música ha cambiado muchas veces hasta el día de hoy... Cuanto más progresaba en mi carrera musical, más instrumentos acompañaban mis canciones». Awesome Tapes From Africa lanzará el álbum debut de Doumbia, La Grande Cantatrice Malienne Vol. 1, este agosto, tras el éxito de su primera reedición en 2011, La Grande Cantatrice Malienne Vol. 3. Este clásico seminal, aún muy solicitado en Mali, finalmente estará disponible internacionalmente con audio remasterizado en formato LP, CD, cinta y digital. La grabación se remonta al inicio de la dilatada carrera de Doumbia, cuando actuaba con voz sencilla y guitarra acústica. Esto fue antes de añadir bajo y batería, y finalmente la guitarra eléctrica y sintetizadores, por los que se dio a conocer más recientemente. Publicado en 1981 por el excelente sello AS Records, con sede en Costa de Marfil, la cantante apenas tenía 20 años cuando se grabó. La acompañó su futuro esposo, N'Gou Bagayoko, a la guitarra acústica, cuyo estilo evoca la agilidad de los intérpretes tradicionales de kamele n'goni. La austera simplicidad de esta grabación tan íntima —la acústica audible de la sala, las voces ocasionalmente en rojo— no eclipsan la fuerza madura de su voz. En el Vol. 1, Doumbia interpreta sus canciones con la tenacidad y el afán de una joven artista en la cúspide. «Cuando pienso en ello, lo primero que recuerdo es cuánto tiempo ha pasado. Es uno de los álbumes que más amo porque me recuerda mi juventud. Era tan joven y mi voz era ligera y alegre. Todavía escucho algunas de esas canciones. Estoy muy orgullosa de ese primer álbum porque ahí es donde empezó todo. Me muestra lo lejos que he llegado en mi vida personal y artística; me da el coraje que necesito para seguir adelante y me hace apreciar todos los años de dedicación y trabajo duro que dediqué a mi carrera musical». Estas primeras canciones se construyen rítmicamente alrededor de la sensible guitarra de Bagayoko, mientras sus dedos rozan el diapasón y delinean suavemente las melodías. Aunque este disco es anterior al uso de la percusión por parte de la cantante, el ritmo didadi, esquelético y dinámico, es evidente en las canciones. Álbumes posteriores, como Vol. 3, priorizan aún más el ritmo didadi de su ciudad natal, lo que la catapultó a la fama.