Detalles: Alan Sparhawk siempre ha sido un músico prolífico y versátil. Un alma inquieta, deseosa de explorar terrenos sonoros y psíquicos desconocidos. Aunque obviamente (y con razón) es más conocido por sus treinta años como líder de la legendaria banda Low, un vistazo a los numerosos proyectos paralelos de Sparhawk a lo largo de ese mismo período lo muestra experimentando con todo, desde el punk y el funk hasta la producción y la improvisación. Low nunca se conformó con un sonido o enfoque fijo. La banda siempre fue una colaboración —una conversación, un romance— entre Sparhawk y su esposa, Mimi Parker, quien fue cofundadora, baterista, covocalista principal y su corazón ardiente e irremplazable. Recorrer el viaje desde los primeros trabajos de Low, pasando por las impresionantes melodías de su etapa intermedia, hasta el exuberante caos final de sus álbumes finales, es presenciar la unión de mentes, corazones y espíritus en un acto de perpetuo devenir. Parker falleció en 2022 tras una larga batalla contra el cáncer, y no cabe duda de que WHITE ROSES, MY GOD es un disco nacido del dolor. Se percibe en el título, así como en temas como "Heaven", en el que Sparhawk describe el más allá, de forma desgarradora, como "un lugar solitario si estás solo". También se percibe en la decisión de Sparhawk de crearlo completamente solo: cada nota, cada letra, cada ritmo programado. Sería reduccionista, incluso insensato, ver el dolor como la única fuente o el límite final de este álbum tenso, brillante, provocador y emocionante, cuya audaz experimentación se ve impulsada por letras profundas y ritmos impulsivos. "¿Puedes sentir algo aquí?", pregunta Sparhawk en "Feel Something". El verso se repite una y otra vez, evolucionando primero a "Quiero sentir algo aquí" y luego a "¿Puedes ayudarme a sentir algo aquí?". Mientras tanto, los recursos musicales que ha elegido para transmitir este mensaje, especialmente el pitch shifter, podrían parecer al principio como si dificultaran el acceso a ese algo que él quiere que sintamos (y que él mismo también). ¿No es el vocoder una barrera entre nosotros y la profunda emotividad que siempre hemos asociado con la voz de Alan Sparhawk? Quizás, quizás no. Probablemente no. Pero incluso si lo es, es una barrera que vale la pena romper, y la música en sí misma es el martillo. Sparhawk evoca los fantasmas atrapados dentro de estas máquinas. WHITE ROSES, MY GOD es un exorcismo cuyo propósito no es desterrar el espíritu, sino liberarlo. En muchos sentidos, WHITE ROSES, MY GOD se siente como una ruptura radical con el pasado, casi un debut. Y, sin embargo, hay una increíble continuidad con el trabajo previo de Sparhawk y sus métodos tradicionales de trabajo. Es pionero, una vez más, inmerso como siempre en el interminable proceso de convertirse en sí mismo. Como dice en "Station": "Puedo complacerme con las cosas que busco". Nosotros también. Tenemos la suerte de estar aquí para escucharlo en vivo.