Detalles: Tras dos años de producción, el álbum Cha Cha Palace de Angélica García, de 25 años, es el resultado de la necesidad de una artista de DECIR ALGO. La segunda canción del disco, "Jícama", puede que solo dure un minuto y 25 segundos en su totalidad, pero el mensaje trasciende generaciones y resuena profundamente en García, con sus raíces mexicanas y salvadoreñas. Cantando y gritando: "Te veo, pero tú no me ves, Jímaca, Jímaca, Guayaba... He intentado decírtelo, pero simplemente no lo ves, como tú, yo nací en este país", García narra la realidad de millones de estadounidenses sin complejos y con pasión. Esa sensación de estar entre dos mundos es algo que García conoce bien, tras haber crecido en hogares multigeneracionales y multiculturales con padrastros y medio hermanos. Además, viajó de la Costa Oeste a la Costa Este y de regreso varias veces antes de establecerse finalmente en Richmond, Virginia. Recuerda con cariño la música ranchera mexicana que siempre sonó durante su infancia. La ranchera estaba arraigada en el lado materno de su familia, con su madre, abuela, tío y tía cantando constantemente la música tradicional en la casa de sus abuelos. Al igual que Mitski, Lorde, Billie Eilish y Rosalía, García no teme arrancar páginas de su diario y expresar emociones que podrían ser difíciles, y a menudo abrumadoras, de compartir dado el entorno social y político actual. Al igual que sus compañeros, se une a un nuevo capítulo de músicos que están conectando con su público a un nivel que vive más allá del alcance de la tecnología, las tendencias y las redes sociales, la experiencia diaria de sentirse dividida entre decir algo y hacer algo, de ser una voz y hablar con tu voz, de ser latina siendo estadounidense. Y es la humanidad y la honestidad lo que el público busca y encontrará con creces en cada nota de Cha Cha Palace.