Detalles:

Este es el séptimo volumen de una serie de diez que presentará la totalidad de las canciones con acompañamiento de piano y las obras vocales de Johannes Brahms. Como tal, complementa la serie realizada por Hyperion para las canciones de Schubert, Schumann, Fauré y Strauss.

Brahms publicó la mayoría de sus canciones en grupos recopilados por número de opus. Existe una tendencia en la investigación moderna a sugerir que previó la interpretación de sus canciones en estas agrupaciones originales de números de opus. Por supuesto, no se puede negar que hubo cierta planificación (aunque de tipo bastante variable) en la organización de estos "ramos de canciones" (la expresión propia del compositor) para su publicación, pero el buen orden y la cohesión en formato impreso (como en una antología donde los poemas se organizan para que el lector los descubra en una secuencia determinada), si bien resultan agradables para el intelecto, no se trasladan automáticamente al mundo del recital, donde uno se enfrenta a una multitud de problemas prácticos, entre ellos, el reparto (cantante masculino o femenino) y las secuencias tonales (voz aguda o grave).

Las colecciones de poesía impresas se ensamblan con el mismo cariño que una obra con las variadas composiciones de un compositor, pero esto no significa que los poemas que contienen estén diseñados para ser leídos en voz alta de principio a fin: el compilador de estos volúmenes, sea o no el propio poeta, esperaría que el lector seleccionara los poemas según su gusto o necesidad. La antología (o, de hecho, el número de obra) podría compararse con un joyero bien ordenado del que se pueden extraer objetos preciosos para su uso, según la ocasión: llevar en público todos los objetos que contiene en una sola ocasión sería poco práctico y vulgar. Hay poca evidencia, especialmente de la práctica concertística de la época (donde los poemas de los ciclos de Schubert y Schumann a menudo se extractaban sin piedad), de que las publicaciones de Brahms se concibieran dentro de un espíritu de unidad cíclica que exigiera una interpretación integral de todo el conjunto.

Cada volumen de la edición Hyperion realiza un recorrido por la carrera de Brahms. Las canciones no se interpretan exactamente en orden cronológico (Brahms tenía la costumbre de incluir canciones anteriores en opus posteriores), pero aquí aparecen más o menos en el orden en que se presentaron al mundo. Cada recital representa un recorrido diferente por el repertorio (y, por ende, por la vida de Brahms). En varios de estos recitales Hyperion, un opus se presenta íntegramente. En el caso de este disco, no existe una presentación tan completa, aunque las cuatro canciones del Opus 63, relativamente poco interpretadas, sobre la poesía de Max von Schenkendorf, conforman un grupo que fácilmente podría haberse publicado en un solo opus sin las dos versiones de Felix Schumann y las tres de Klaus Groth que se les añaden. Además de esto, hay cuatro versiones de textos tradicionales o folclóricos: dos versiones de Hoffman von Fallersleben, dos de Daumer y dos de Kopisch, y una de Fleming, Goethe, dos de Reinhold, dos de Schack y dos de Lemcke, cuyos nombres aparecen en otras partes del catálogo de canciones de Brahms. Hay algunos poetas a los que Brahms solo les puso música una vez, y Nachwirkung de Alfred von Meissner es la única canción con letra de este poeta.

Lejos de soñar con noches completas de sus canciones interpretadas en público, Brahms prefería no escuchar más de tres de sus propias canciones en un mismo concierto. Esta asombrosa información proviene de un invaluable libro de ensayos: K. Hamilton y N. Loges, eds.: Brahms in the Home and the Concert Hall: Between Private and Public Performance (Cambridge: CUP, 2014). Las convenciones de la música en el hogar, donde tantas canciones se escuchaban y comentaban por primera vez en un ambiente de entusiasmo vivo y cultivado, no incluían a los oyentes sumidos en un respetuoso silencio ante una secuencia sustancial de canciones, como si estuvieran en un concierto público. Brahms parece haber sido más feliz escuchando sus canciones como Hausmusik y rodeado de una informalidad que lo apoyaba, y me atrevo a decir que Schubert habría dicho lo mismo de las Schubertiads. El entusiasmo actual por las conexiones ocultas, implícitas, desconocidas o encubiertas entre canciones busca alimentar el apetito por un formato de recital ávido de ciclos, favorecido en el siglo XXI, pero casi desconocido en el XIX.