Detalles: Benjamin Schmid ha sido considerado durante mucho tiempo uno de los virtuosos del violín más versátiles de nuestro tiempo, con una gran destreza tanto en el género clásico como en el jazz. Tras su álbum de Conciertos para violín y jazz, Schmid vuelve a colaborar con la Filarmónica de Viento de Salzburgo, bajo la dirección de Hansjörg Angerer, con obras de Friedrich Gulda y Kurt Weill. Gulda inauguró una nueva era de libertad musical con su "Concierto para violonchelo y orquesta de viento" (aquí en versión para violín), estrenado mundialmente en 1981 en el Konzerthaus de Viena. El entusiasmo de la música pop, los temas tirolés, las bandas de metales del Salzkammergut, la música de metales en el Kirtag, el swing, el funk y las influencias del free jazz se unen para crear un conjunto vibrante que cautiva a todos, con alegría y joie de vivre. Con el Concierto para violín op. 12, estrenada en 1925, marcó el gran avance de Kurt Weill. En su obra, esta obra representa la cúspide de sus tendencias vanguardistas: la armonía revela su admiración por Arnold Schoenberg, las características formales la influencia de Busoni y el ritmo, a menudo dinámico, el conocimiento de Paul Hindemith. Dos obras para violín solo —«Para Fritz» (dedicada a Fritz Kreisler) de Benjamin Schmid y «Youkali» de Kurt Weill— complementan esta brillante interpretación.