Detalles: Prensado en vinilo. Lanzamiento en 2017 de los rockeros madrileños. Ilegales, una de las mejores bandas de rock and roll de España, dijo una vez: «Somos todo lo que decís que somos, e incluso peor». Biznaga podría compartir este lema si no fuera porque les importa un bledo el rock and roll. Querían que dedicara unas palabras a su «Sensación del Espectáculo», así que quizá esperes leer una larga lista de metáforas exageradas y adjetivos grandilocuentes pero inmerecidos para describir sus canciones. Eso no va a pasar. No voy a hacer nada ni remotamente parecido; no querrían eso. No voy a decir que este sea un álbum creado con agallas e ingenio, un artefacto arrogante y tierno, lleno de melodías urgentes, himnos sobre las luchas cotidianas y la misma verbosidad nerviosa de muchas bandas británicas de décadas pasadas (The Clash, Buzzcocks, Mekons, Zounds, Stiff Little Fingers, Television Personalities), ni que sepan desperdiciar con gusto e impertinencia la herencia de algunos héroes locales (Parálisis Permanente, Eskorbuto, Ilegales), ni que incluso cuando sucumben a esa fatiga legendaria y aflora su estilo flamenco, lo hacen funcionar. No diré que deban prestar atención a las letras de estas canciones llenas de calles y noches, porque, como en todas las canciones que han escrito hasta ahora, cantan sobre el problema clásico del miedo, el asco, el aburrimiento y la incomunicación en los tiempos actuales, y hablan de estos temas como nadie más lo hace. No diré nada de eso, claro que no, porque nunca lo querrían, pero sobre todo, porque digan lo que digan que son, lo son, y peor aún.