Detalles: Una de las cosas que impactó a Oberst durante sus más de veinte años de música es que, de hecho, podría haber estado escribiendo la misma canción todo este tiempo. No en cuanto a sonido, claro, sino conceptualmente. Esta última ola contiene, en Noise Floor, las primeras canciones de Bright Eyes, tan crudas que Oberst ni siquiera las publicó en su momento, así como, en Cassadaga y The People's Key, los álbumes más pulidos y sofisticados de la banda. Cuando Bright Eyes estuvo de gira por Cassadega, ofrecieron una épica actuación de siete noches con entradas agotadas en el Town Hall de Nueva York. ¿Qué hay más maduro que eso para una estrella de rock? Y, sin embargo... "Temáticamente, esas primeras canciones no son tan diferentes de las que hago ahora", dice Oberst, negando con la cabeza. "Hay algo positivo y desalentador en ello. Es como si me preguntara: ¿realmente he cambiado o madurado? Pero quizá sea solo que sabía sobre qué quería escribir desde el principio".