Detalles: Carlos Giffoni es el creador del sello y festival No Fun en Nueva York, que originalmente lanzó Oneotrix Point Never, Emeralds, Wolf Eyes y fue un importante impulsor fundacional del renacimiento de la nueva ola modular y de sintetizadores que emergió del noise y el underground experimental estadounidense a principios de la década del 2000. Carlos presenta aquí su primer álbum nuevo en varios años, un hermoso tratado, viaje y síntesis que toca elementos de la comunidad musical mencionada anteriormente y evoca la esencia de los revolucionarios de la música electrónica de Editions Mego y las comunidades Mego de los años 90. Vastos temas y espacios emotivos saturados y melódicos de la electrónica muestran dientes afilados y oxidados a veces, y sucumben a un sueño en otras; el discurso poético y la intención de Carlos llevan esta hermosa obra a una esfera artística, un lugar donde la inflexión no es dirigida ni proyectada, sino que la implicación anima nuestros espíritus a volar y cuestionar los misterios. Con mucho gusto... siempre con mucho gusto. -Stephen O'Malley, enero de 2023 :::::: Dream Walker es un álbum pensado para trasnochar. Para esos momentos en los que estás listo para soltar tu yo físico y trascender momentáneamente a otro mundo. Dream Walker también es un álbum sobre alguien capaz de caminar entre sueños. Alguien capaz de trascender los límites de la realidad y adentrarse en mundos invisibles. Un visitante que escribe una historia sonora con cada paso. Dream Walker también es una carta de amor a toda la música que me encanta. Me propuse crear algo que sonara bien, sin prejuicios ni limitaciones, para que lleve sus influencias a flor de piel. Al escucharlo, si empiezas a sentir que lo sabes, entonces lo sabes. Cada sonido fue realizado con hardware, en su mayoría sintetizadores, en 2023. También es cierto que fue realizado intentando entrar en un estado de trance mientras se grababa cada uno de estos tracks y dejando que el subconsciente tomara el control para poner un toque de alteridad en la mezcla. Y eso es todo. Espero que disfruten de este disco. Siempre se pretendió que terminara así y llegara a sus oídos. Créele a Walker, créelo. -Carlos Giofonni, diciembre 2023 :::::: Hace unos 20 años, Carlos Giffoni se labró rápidamente un nombre como guitarrista de noise y como artista de noise con laptop tras llegar a Nueva York (vía Florida y Venezuela). Su festival anual No Fun, cuidadosamente organizado, y su sello discográfico No Fun, lo consolidaron como una figura clave en la escena noise internacional. El éxito del festival demostró que la fórmula para que los festivales de música experimental e improvisada funcionaran también con el noise underground, pero también capitalizó la mayor velocidad de conexión entre artistas geográficamente dispares gracias a internet (aún relativamente incipiente). Por aquel entonces, Carlos jugaba con su laptop como si fuera una máquina de pinball, en contraste con la presencia estática en el escenario de la mayoría de los artistas que usaban laptop, y su música en solitario, como la de muchos otros en aquel entonces, expresaba una visión menos oscura y sombría de las implicaciones del noise agresivo. A finales de la década del 2000, dejó de asistir al festival, se dedicó a tocar las sesiones más ligeras de No Fun Acid y se mudó a Los Ángeles. Ahora ha resurgido a lo grande con Dream Walker, su primer álbum desde Vain de 2018 (y apenas su segundo desde 2010). Inspirado por las magistrales actuaciones y difusiones que escuchó en el festival de música electrónica GRM de febrero de 2023 en París, en particular las sesiones de viejos amigos Lasse Marhaug, Jim O'Rourke y Eiko Ishibashi, comenzó a conceptualizar nueva música propia como respuesta, recurriendo a sintetizadores y otros dispositivos para producir una obra más apegada a la tradición de la música electrónica europea que cualquier otra que haya hecho. Concebido como una escucha nocturna que evoca el límite de la consciencia, con Carlos acercándose lo más posible a un estado de trance durante la grabación y la mezcla, cada una de las once pistas se integra entre sí en lugar de ser piezas independientes, formando dos suites laterales que se desarrollan como etapas de un sueño. Descaradamente tonal y repetitivo, el brillante tema inicial "Now Dream", el monótono "Sleep Walker" y el tríptico final "Lost in Descanso", "Sunrise" y "The Hidden Path" combinan electrónica de potencia y ambient con una espiritualidad cercana al sello Mego. Por otro lado, "Ticking Clock" evoca la vertiente electrónica clásica, no fácil de escuchar, de Stereolab, mientras que "Euphoria", arpegiada en dos partes, evoca los primeros Oneohtrix Point Never (que Carlos publicó en No Fun). El contraste entre el crepitante inicio de "One Breath" y sus acordes sintetizados, notablemente fluidos y elevados, es una síntesis de la tensión persistente del álbum entre la capacidad de la electrónica para proyectar ruptura mecánica, así como lo orgánico y lo infinito, o "caminar entre sueños", como lo expresa el propio Carlos. Producido por Lasse Marhaug (quien también masterizó el primer álbum en solitario de Carlos, Welcome Home, en 2005), publicado por Stephen O'Malley (a quien recuerdo pinchando en el festival No Fun), con portada y fotos de amigos personales, Carlos considera el álbum un asunto familiar. Pero Dream Walker, sobre todo, presagia la madurez del artista y se erige como un disco que surge por puro deseo, más que por obligación o costumbre; una declaración de reconexión con la música no simplemente revisándola, sino construyendo sobre lo anterior, tanto en su propio trabajo como en la música que ama. -Alan Licht, Nueva York, diciembre de 2023