Una joven de un pequeño pueblo de Kansas sobrevive a un accidente en una carrera de autos y luego acepta trabajar como organista de una iglesia en Salt Lake City. En el camino, una extraña aparición la persigue y la impulsa hacia un pabellón abandonado junto a un lago. Realizada por cineastas industriales con un presupuesto modesto, la inquietantemente efectiva película clásica de serie B, Carnaval de las Almas, pretendía tener la estética de un Bergman y la atmósfera de un Cocteau, y con sus impactantes locaciones y su espeluznante banda sonora para órgano, lo logró. La macabra obra maestra de Herk Harvey se convirtió en un clásico de culto en la televisión nocturna y continúa inspirando a cineastas hoy en día.