Detalles: El neoyorquino Michael Cohen sorprende con una formidable muestra representativa de su obra, la espléndida y misteriosamente titulada A SONG FOR SILENCED VOICES. Rodeando por poco las nociones tradicionales de (a)tonalidad, esta selección de obras salta de un lado a otro entre la serenidad recogida y el melodismo apasionado. Las configuraciones son tan diversas como la música: A SONG FOR SILENCED VOICES incluye un cuarteto de cuerda, un extracto de la ópera de Cohen Rappaccini's Daughter, un Preludio para piano, una obra de cámara/vocal titulada I Remember basada en obras de su musical Yours, Anne, así como la pieza homónima del álbum, que resulta ser no una canción, sino un dúo para violonchelo y piano. Y, sin embargo, a pesar de la variada instrumentación, las obras están coherentemente unidas por la aptitud compositiva de Cohen, que se ha mantenido notablemente constante a lo largo de seis décadas. Una verdadera hazaña.