Detalles: Nunca subestimes el poder de una mujer entre la espada y la pared. En marzo de 2020, mientras la COVID-19 se extendía por todo el planeta, las salas de conciertos y los estudios de grabación cerraban sus puertas, y la escena musical se sumía repentinamente en el silencio, Ghalia Volt se enfrentó al mismo dilema que cualquier otro artista. ¿Y ahora qué? La respuesta era One Woman Band. Para Volt, el renacimiento como solista no fue una decisión fácil. Desde sus inicios, ha sido una música que se nutre de la emoción de los encuentros casuales, rodeándose de los mejores músicos y absorbiendo su onda. En 2017, su gusto por la colaboración la llevó a Nueva Orleans, donde se reunió con las leyendas locales del blues Mama's Boys, que se convertiría en su exitoso álbum debut, Let The Demons Out. Dos años más tarde, fue ese mismo espíritu el que atrajo a Volt a la legendaria región montañosa de Coldwater, Mississippi, para presentarse en las sesiones de su segundo álbum junto a grandes como Cody Dickinson, Cedric Burnside, Lightnin' Malcolm y Watermelon Slim. Con el éxito rotundo de Mississippi Blend en 2019 —un disco que irrumpió en el Top 3 de la lista Billboard Blues en tres ocasiones distintas—, Volt parecía tener el mundo a sus pies. Su transformación de siete años, de artista callejera de Bruselas a hija adoptiva de raíces estadounidenses, cobraba impulso. Ahora, con One Woman Band, el viaje da un giro emocionante. Si algo le enseñó su aprendizaje en las calles, es que ya tenía todo lo necesario para crear magia, y en marzo, reencontró esa filosofía de una sola mujer. "Empecé a tocar una batería de verdad", recuerda. "Tocaba el bombo, la caja, el hi-hat y la pandereta con los dos pies, mientras tocaba slide/guitarra y cantaba al mismo tiempo".