Detalles: GLASVEGAS regresa con su triunfante cuarto álbum, "Godspeed", la música que todos necesitamos ahora mismo. El último sencillo, Shake The Cage (für Theo), resume a la perfección el deslumbrante y ecléctico sonido de Godspeed: una descarga electrónica con letras de palabra hablada devastadoramente poderosas que recuerdan a "I'm Gonna Get Stabbed", del asombroso debut de la banda. Lanzado bajo su propio sello, Go Wow Records, Godspeed transcurre "todo en la misma noche, justo cuando el sol se pone". El álbum presenta un retrato fragmentado de los eventos de una sola noche, una que James compara medio en broma con "American Graffiti", el clásico de iniciación de George Lucas de 1973, "donde todo sucede en una noche, y no ocurre nada importante en la trama, pero aun así amas a los personajes y al mundo". Cada canción, tan diversa como la anterior, sumerge a James Allan en cada mundo con libertad para experimentar en esta última obra maestra. James Allan es, ante todo, un artista, y su rechazo a las convenciones, las reglas, las limitaciones aceptadas, la sociedad o cualquier tipo de límite convierte a Glasvegas en una banda que, a veces, desafía cualquier clasificación. ¿Qué otra banda podría ser responsable de temas tan diversos como Shake The Cage (para Theo), Keep Me A Space y My Body Is A Glasshouse (A Thousand Stones Ago), tomando solo ejemplos de los sencillos de Godspeed que has escuchado hasta ahora? Simplemente, ninguna. Solo puede haber una, y esa es Glasvegas. Desde el techno estridente hasta los alegres himnos para cantar a coro, Godspeed captura la esencia por excelencia de Glasvegas: incomparable, inclasificable y, en definitiva, música que realmente significa algo. Solo por eso, bienvenidos de nuevo, Glasvegas; los necesitamos de verdad ahora mismo.