Detalles: Los dos ciclos estéreo de Beethoven, las Sinfonías (1965-70) y los Conciertos para piano (con Wilhelm Backhaus, 1958-59), conforman el núcleo de esta edición de las grabaciones completas para Decca de Hans Schmidt-Isserstedt (1900-1973). Se distingue por la transparencia sonora única de la Filarmónica de Viena, unida a la firmeza y el impulso rítmico que caracterizaron la dirección de Schmidt-Isserstedt. Varias de las grabaciones fueron producidas por Erik Smith, hijo del director. Aunque parece que nunca se presentó ante la Filarmónica de Viena en un concierto, Hans Schmidt-Isserstedt logró una notable compenetración con un grupo de músicos famosamente tenaz al dirigirlos en dos ciclos estéreo de Beethoven para Decca. En 1958-59 grabaron los conciertos para piano con Wilhelm Backhaus, como una versión estéreo para el ciclo mono de Decca que el pianista realizó con la Filarmónica de Viena y Clemens Krauss. Backhaus, que ya rondaba los 70 años, transmitía la sabiduría de toda una vida a través de sus dedos mientras tocaba con una vitalidad aparentemente intacta. El productor de Decca para los conciertos fue el hijo del director, Erik Smith, y el sentido familiar de respeto y comprensión mutuos puede ser una de las razones del éxito del ciclo sinfónico realizado entre 1965 y 1970. Schmidt-Isserstedt aprovecha la transparencia única del sonido de la Filarmónica de Viena con el pulso firme y el impulso rítmico que siempre distinguieron su dirección. El conjunto rara vez ha salido del catálogo desde su publicación, porque sus virtudes nunca han pasado de moda. Las primeras grabaciones de Schmidt-Isserstedt para Decca se realizaron a principios de la década de 1950, como director fundador de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Hamburgo, hoy conocida como Orquesta Filarmónica del Elba de la NDR. El conjunto nació después de la guerra como un proyecto cultural impulsado y apoyado por los británicos, y bajo la dedicada dirección de Schmidt-Isserstedt se convirtió rápidamente en una de las orquestas más admiradas de Europa. Sus grabaciones de la Séptima Sinfonía de Dvorák y la Quinta Sinfonía de Chaikovski se realizaron con el vanguardista sonido mono de Decca, producido por John Culshaw. A medida que la reputación de la orquesta de la NDR se expandía internacionalmente durante la década de 1960, también lo hacía la de su director, quien se convirtió en una presencia bienvenida y familiar al frente de las orquestas londinenses. Ejerce una autoridad sutil y soberana sobre la Orquesta Sinfónica de Londres en un álbum de 1967 de conciertos de Mozart, en colaboración con Vladimir Ashkenazy. Esta colección Eloquence se publica con cubiertas originales y un nuevo ensayo de Peter Quantrill sobre Hans Schmidt-Isserstedt y su legado en Decca.