Detalles: La selección personal de Dame Joan Sutherland de sus grabaciones favoritas, con sus propias notas. Homenajes de Moffatt Oxenbould y Fiona Janes, fotografías inéditas, una serie de diseños de vestuario para sus papeles operísticos clave e ilustraciones de todas las sobrecubiertas originales de las que se realizó la selección. Además, su receta de pudín de Navidad, todo publicado para conmemorar el décimo aniversario de su fallecimiento. Sin apenas una pizca de exageración permisible, "La Voz del Siglo" fue el título que Decca le dio a una compilación de arias de los papeles decisivos cantados por Dame Joan Sutherland en 1977. A su fallecimiento en 2010, la revista Opera la aclamó como "una de las voces del siglo", quien prácticamente en solitario, con el apoyo de su esposo y mentor, Richard Bonynge, restauró el repertorio belcantista en la ópera. Ahora, una década después, Eloquence publica la selección personal de Sutherland de sus grabaciones favoritas, de un catálogo de Decca repleto de álbumes galardonados. Lo que hace única a esta colección, y una adquisición esencial para quienes atesoran el recuerdo de la suprema sucesora de Melba, son las introducciones de Dame Joan a cada pieza. Al elegirlas, podría repasar una carrera que abarca más de 40 años, desde su victoria en el concurso de Sídney en 1949, que la catapultó a la fama, cantando "Ritorna vincitor", hasta su primera Alcina en 1957, nada menos que en el Ayuntamiento de St. Pancras, y su famosa Lucía de la Royal Opera en 1959, que cautivó a la crítica. Sin embargo, la selección de Dame Joan no incluye éxitos vocales tan taquilleros, aunque con "O zittre nicht" de la Reina de la Noche hay un guiño a su inesperado debut en la Royal Opera en 1952 como la Primera Dama en "Die Zauberflöte". En lugar de su intrépida interpretación de las Escenas de Locura, eligió pasajes de conmovedora recuperación de Norma y La sonnambula, y al hacerlo, reconoce generosamente su cálida complicidad con Marilyn Horne. Sin embargo, hay mucho de su precisa coloratura para disfrutar, desde la Esclarmonde de Massenet —junto con Norma, su ópera favorita— hasta el Montezuma de Graun y el Concierto de Glière: «¡Qué alivio no tener que recordar la letra!». Sutherland se enorgullecía especialmente de su reestreno de rarezas como L'Oracolo de Leoni, pero su selección de favoritas concluye de forma más ligera con canciones de Arditi, Hahn y Kreisler que cautivaron y deslumbraron al público de sus recitales: «Nimiedades, quizás, pero disfruté cantándolas». Recuerda haber vivido junto a Noël Coward y haber trabajado con él: «¡Creo que estaba muy contento conmigo!». Y finalmente rinde homenaje a su formación musical en Sídney con «El amor encontrará un camino» de «La doncella de las montañas». En definitiva, se trata de un recorrido único por la vida y la carrera de Dame Joan, enriquecido con varios homenajes de sus colegas, fotografías inéditas y diseños de vestuario poco vistos para «La Stupenda» en muchos de sus papeles más representativos.