Detalles: Karen Dalton era una criatura remota y esquiva. Una mezcla de dureza y ternura, con una voz sobrenatural que parecía encarnar un tiempo lejano. Como suele ocurrir con seres tan frágiles, comprendió instintivamente que la única forma de sobrevivir a la crudeza del mundo que la rodeaba era mantenerse oculta. Por eso, no sorprende que rara vez cantara en público o se aventurara en el entorno antinatural de un estudio de grabación. Solo en dos ocasiones, para «It's So Hard To Tell Who's Going To Love You The Best» de 1969 y de nuevo para «In My Own Time» de 1971, la convencieron de salir de su hábitat y entrar en el estudio. En otras ocasiones, componía música en entornos informales, sentada alrededor de la mesa de la cocina o de una estufa de leña con sus amigos, cantando y tocando hasta el amanecer. En 1966, Carl Baron llevó su grabadora de carrete a su remota cabaña en Summerville, Colorado, y grabó una de esas exquisitas veladas musicales. Karen y Richard Tucker estaban ensayando para un concierto cuando Carl pulsó el botón de "Grabar". El resultado es una cinta de 45 años, cuidadosamente exhumada, que documenta a Karen en su faceta más cruda y sin filtros. Contiene canciones de Fred Neil y Tim Hardin a las que Karen nunca antes habíamos escuchado expresarse, así como canciones tradicionales que, de forma asombrosa, se apropia de ellas, incluyendo una versión devastadora de "Katie Cruel", tan poderosa que parece como si el fantasma de Katie Cruel se le hubiera infiltrado en la sangre. Esta grabación es una ventana a su cabaña de Summerville, que se abre y nos permite escuchar a escondidas a Karen Dalton en su faceta más pura y sin afectación.