Detalles: En una vida anterior, La Feline era un trío. Tres voces unidas en un puñado de EP con diversas influencias, buscando su lugar entre géneros musicales, idiomas y experiencias, guiadas por la escritura de Ariane y la luminosa voz de la cantante y guitarrista Agnes Gayraud. Luego llegó Adieu L'enfance en 2014, el primer álbum en el que Agnes llevó sola el pelaje felino y dejó su huella. Una voz única emergió del álbum, dando rienda suelta a obsesiones que solo se habían insinuado previamente. Tan catártico como su título indica y cantado íntegramente en francés, Adieu L'enfance también fue un renacimiento con sonidos hipnóticos de new wave, climas urbanos y letras introspectivas, un lugar en el que el mundo exterior a veces se estrellaba, en una explosión de cristales rotos. Como doctora en filosofía y periodista que escribe sobre la música de otros, Agnes Gayraud podría haber optado por intelectualizar su obra. En cambio, se ha comprometido a una imaginación ingenua en sus propias canciones, como para afrontar mejor la crudeza del mundo. Sin duda, no es casualidad que su estilo elegido sea el pop, inherentemente ingenuo y espontáneo, pero lo aborda con gran profundidad. A pesar de su sentido "Adiós", su voz y su visión conservan una cualidad infantil, una visión que se funde con la nuestra, escucha tras escucha, hasta que se convierten en una sola. Quizás su lado infantil resuene con el nuestro: tras su aparente simplicidad, las canciones de La Feline despiertan ecos sorprendentes en nuestra vida cotidiana y nuestra percepción del mundo. Ver un grafiti en la noche parisina inevitablemente nos hace pensar en "Zone" y su vídeo, repleto de escenas urbanas con un colorido onírico. La visión es tan intensa que es difícil saber dónde empieza nuestra imaginación y dónde termina la suya.