Detalles: Prensado en vinilo. Every Country's Sun toma dos décadas de los sonidos característicos y contrastantes de Mogwai —intensidad imponente, introspección pastoral, minimalismo synth-rock, volumen detonante— y los condensa, con belleza, en 56 minutos concisos de elegancia refinada, trance-rock himnario y euforia trascendental. Producido por el genio del psicorock Dave Fridmann, es un paisaje sonoro estructural construido desde cimientos austeros; desde un suave y centelleante espectro de synth-rock hasta un sólido obelisco que se eleva hacia el cielo. Hay electrónica percusiva y onírica ("Coolverine"), órganos de iglesia como carros de fuego existencial ("Brain Sweeties"), pitidos trémulos y premonitorios, posiblemente de un androide moribundo ("aka 47"). Su álbum más transportable hasta la fecha, también alberga su canción pop-art más completa de su legendaria historia, "Party In The Dark", una doble hélice disco-onírica que te hace girar la cabeza y recuerda a New Order y The Flaming Lips, con la voz melódica rara vez escuchada de Braithwaite, que declara estar "desorientado e inocente, en busca de otra paz mental". Esta música es como una crisálida protectora, una armadura sonora con órganos exaltantes y un fuzz de guitarra portentoso y disonante que se deforma en los bordes, transformando el mundo de adentro hacia afuera en una realidad en la que preferirías vivir. Las tres últimas canciones ascienden hacia un exorcismo explosivo, cerrando con la colosal "Every Country's Sun", su intensidad inquisitiva que se eleva hacia el infinito en un crescendo cósmico deslumbrante.