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Mientras la historia registra metódicamente las locuras de la humanidad en el siglo XXI, el poder de la música para inspirar, elevar y sanar nunca ha sido tan vital. Oceans Of Slumber ha sido durante mucho tiempo proveedor de una corriente de música pesada singularmente humana y emocionalmente fértil; forjada en los cimientos del doom metal arcano, la extremidad visceral y la grandeza gótica. Pero a medida que el conjunto tejano ha avanzado, forjando una reputación cada vez más formidable tanto en vivo como en estudio, su deseo colectivo de ir más allá de lo conocido y abrazar lo insondable se ha hecho evidente.

Considerando la gran aclamación brindada al último álbum de Oceans Of Slumber, The Banished Heart (2018), no debería sorprender que Oceans Of Slumber sea más grande, más audaz y aún mejor. Desde la opresiva grandilocuencia del épico tema de apertura Soundtrack To My Last Day en adelante, es obvio que la banda ha explorado una nueva y rica veta de creatividad, ya que la colaboración de composición de Dobber y Cammie estalla en tres dimensiones brillantes. Escucha los ornamentados e instantáneamente memorables pero oscuros y ominosos como Pray For Fire y The Colours Of Grace y el brillo renovado del híbrido idiosincrásico e instintivamente progresivo de los tejanos es obvio. El death y el black metal aún arden en el corazón del sonido OOS, pero Oceans Of Slumber muestra cuán majestuosamente ha florecido su música y cuánto resonarán inevitablemente estas canciones.

Aunque eternamente envueltos en la oscuridad, Oceans Of Slumber ha construido un mundo infinitamente fascinante y musicalmente aventurero en su cuarto álbum. Su anticipada arremetida metálica es más refinada e impredecible que nunca cuando aparece, pero son las frecuentes desviaciones de las nuevas canciones hacia atmósferas exuberantes, una opulencia casi teatral y una composición artística y socarrona lo que sellan el éxito. Un derroche de dinámica y desvíos instintivos, canciones como la perversamente esquizofrénica The Adorned Fathomless Creation y una versión final y aplastante de Wolf Moon de Type O Negative también cuentan con una producción monumentalmente grandiosa e inmersiva. Con la batería y la voz de Cammie grabadas en Southwing Audio en Houston, Texas, con los ingenieros Chris Kritkos y Mark Lopez respectivamente, y las guitarras, el bajo, los teclados y las voces potentes en el estudio casero de Dobber, Oceans Of Slumber surgió de un trabajo en equipo apasionado y decidido, y los resultados, increíblemente vívidos y vibrantes, hablan por sí solos. La mezcla final, a cargo del genio de Edge Of Sanity y reconocido gurú sueco de la producción, Dan Swanö, es simplemente la guinda de un pastel extraordinario y grandilocuente.