Detalles: Impasse - Richard Buckner - Edición Deluxe/Limitada/Especial: La letra es fascinantemente críptica, como si su simplicidad ocultara profundidades insondables. La música es escasa, casi susurrada a veces, como un secreto. Sin embargo, el título lo delata todo. Durante la gestación de su álbum Impasse de 2002, que recibirá una nueva edición en vinilo de Merge Records el 31 de marzo de 2017, Richard Buckner se quedó estancado. Pero, con perseverancia, lo que comenzó como uno de sus intentos de grabación más problemáticos terminó siendo uno de sus mejores y más cruciales: la culminación de su inquieto período inicial antes de fundar Merge. En 1999, Buckner pasó una semana en un estudio de grabación con un productor y algunos otros músicos para trabajar en las canciones que se suponía que se convertirían en Impasse, pero la sesión fracasó. En cambio, regresó a casa y grabó The Hill "como una especie de catalizador creativo para poder empezar a pensar de nuevo", dice. En él, Buckner cantaba poemas de la Antología Spoon River de Edgar Lee Masters sobre un cálido y fragmentado country folk, de apariencia simple y decoración interior. Por la época del lanzamiento de The Hill en el año 2000, Buckner estaba terminando su segunda etapa en Impasse. Vivía en un círculo vicioso, viajando con visas de trabajo temporales entre Estados Unidos y Canadá, donde residía por aquel entonces. Compró una grabadora digital de 24 pistas, un sintetizador Roland de los ochenta y un retardador de cinta Echoplex, y pasó el año siguiente grabando en el sótano de su casa en Alberta con un baterista residente. La sensación de que necesitaba depurar las canciones y terminar el álbum resultó ser profética. "Me sentía en un callejón sin salida, como si cada dirección fuera una esquina o un callejón sin salida", dice Buckner. "Estaba entre dos países y, sin saberlo realmente en ese momento, me preparaba para dejarlo todo". El álbum fue concebido como un todo facetado. Sus letras son como instantáneas dispersas y cartas rotas. Los títulos de las canciones forman un poema que estructura una historia de angustia y redención soñada, enclaustrada en el núcleo de la música. Impresiones, promesas y perspectivas fragmentadas se arremolinan en la voz de Buckner y, si bien sus frustraciones en la época de Impasse fueron solo una parte del giro, su transmisión es tan abierta que el aura de silenciosa desesperación y gracia ganada con esfuerzo es tuya para usarla como quieras. "En ese momento no sabes realmente lo que estás escribiendo", dice Buckner. "Escribir parece ser algo profético y tiene mucho más sentido en retrospectiva. Pero creo que el misterio es bueno. Si alguna vez crees saber lo que haces, probablemente estés en mal estado".