Detalles: Grabada en 2011 en un granero polvoriento y querido, Even Your Drums Will Die es una máquina del tiempo, una máquina real, que nos lleva a un momento impregnado de la singular y vibrante vitalidad de Richard Swift. Swift es conocido por muchos como productor más que como compositor, ¡pero estas canciones! ¡Esta voz! Aquí son afiladas como un machete, su voz clara como una campana y un juego de palabras ingenioso y experto. Mientras que las grabaciones de estudio de Swift se caracterizan por la textura, el tono y la atmósfera, Even Your Drums Will Die pone un foco indeleble en la voz, las letras y la composición de Swift. Las grabaciones en vivo suelen estar marcadas por la imperfección, pero si alguna vez has estado en Pickathon, sabes que el Galaxy Barn posee una magia incomparable. Es, de alguna manera, el club local favorito de todos, ese lugar mugriento donde las bandas se convierten en las favoritas y donde las bandas favoritas ofrecen sets de todos los tiempos. Si el sonido es imperfecto es porque estás tan cerca que, de alguna manera, estás dentro, pequeño y sudoroso, como Alicia en el País de las Maravillas a través de este cable de altavoz o de ese parche de tambor. No debería traducirse a la cinta, pero aquí estamos. Recorriendo todas las melodías de Swift se percibe cierta agitación, inquietud, desasosiego. Más de dos años después de su fallecimiento, es más evidente que nunca que usó su música para desahogarse, y en ningún otro momento es más cierto que cuando se trata de estar vivo y de estar muerto. De hecho, «Even Your Drums Will Die» comienza, increíblemente, con una armónica, con el sonido de la respiración de Swift creando música. Canta «Ojalá estuviera muerto / la mayor parte del tiempo / pero no lo digo en serio» y se te corta la respiración. Canta «Estoy vivo / Estoy vivo / Estoy vivo / así que dile a mis hijas que no lloren» y quieres agarrar la canción o el aire en tus puños y agitarlo. Cabe destacar que la "Balada de Milton Feher" hace referencia a todo esto, pues su nombre proviene del bailarín profesional y director de la Escuela de Danza y Relajación Milton Feher, quien enseñó a sus alumnos a liberar sus "hábitos de tensión". Swift tituló su debut en Secretly Canadian "Walking Without Effort" (Caminando sin esfuerzo), en honor a una de las instrucciones de Feher, y la canción dedicada a él se siente como una pieza clave de su obra, una mirada clara a los engranajes que giran en su vieja cabeza de artista. Y por otro lado, está "Lady Luck". El clásico. El fantasma revivido de un 45 perdido que nunca existió, o quizás siempre existió, pero que solo Richard Swift pudo hacer realidad. Even Your Drums Will Die es uno de esos discos que no se absorben con la suficiente rapidez, tentándote a metérselo todo en la cabeza de golpe, a saltar de un lado a otro y a atiborrarte de pequeños fragmentos de canciones: riffs, frases ingeniosas y los inconfundibles "oooohs" de Swift. Si conoces estas canciones, aquí las encontrarás encendidas. Si no, Even Your Drums Will Die es una instantánea incomparable de arte y artista. Es un genio, uno de verdad, liberado de la lámpara con la energía explosiva, la imaginación y la picardía de Richard Swift.