Detalles: Sleap-E se reivindica. El segundo álbum de la cantautora italiana, 8106, captura el espíritu lúdico; el instinto infantil de perseguir lo que amas sin concesiones; y aquí está, esa magia particular que rara vez sobrevive a la edad adulta, notablemente intacta. Cada una de sus once canciones son fragmentos vibrantes que construyen un mosaico del mundo de Asia Martina Morabito: los dolores del crecimiento de los veinte, la fidelidad a los sueños a pesar de la hostilidad de la edad adulta, lugares de escape tanto reales como imaginarios, y el pulso de Bolonia, su hogar y su estrella polar. Como estudiante de iconoclastas de la vieja escuela como The Fall e inspirada por la vena marginal de Jimmy Whispers y Daniel Johnston, no era ninguna cualidad musical en particular lo que Asia quería canalizar en Sleap-E, sino su confianza para "explotar de una manera cruda, libre y auténtica". Aunque su sonido ha evolucionado desde el tierno pop íntimo de su EP Mellow de 2020 y su álbum debut de 2022, Pouty Lips, engalanado con alegres metales y ritmos mediterráneos, es su confianza en sí misma la que perdura. 8106 es la propuesta más estridente, cruda y juguetona de Sleap-E hasta la fecha, impregnada de la influencia del "egg-punk", un género surgido de internet que busca satirizar los clichés del punk con su irreverencia bailable. Asia siente que encontrar alegría en negarse a conformarse la ha acercado más a sí misma que nunca. Pero para recuperar su identidad, primero tuvo que perderla de vista. El verano de 2023, cuando se esbozaron las líneas maestras del disco, fue una época difícil para ella. 8106 era el número de la habitación de hotel en la que se sentía confinada, sola y desconectada de la comodidad mientras trabajaba fuera de casa. Escribir este álbum fue su coche de escape. "Representa una decisión importante que tomé", explica. "Elegí la felicidad. Me elegí a mí misma". El título es una especie de nota mental que le recuerda que debe concentrarse en lo que ama; es un talismán que la protege de los momentos difíciles. Regresó a casa y allí comenzó a grabar el álbum en residencia en el Bronson Club, un hervidero de creativos y mentores con ideas afines que le ayudaron a tomar su forma final. En casa, su propia música sonaba libre e instintivamente. La obra de arte de 8106 es de Noemi Vola, una prolífica ilustradora y autora boloñesa especializada en diseños infantiles, que refleja el "ambiente funky y de cuento de hadas" del propio disco. Género: Alternativo / Indie / Antifolk