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Steve Earle tenía diecinueve años y acababa de viajar de San Antonio a Nashville haciendo autostop en 1974. En aquel entonces, si querías estar donde estaban los mejores compositores, tenías que estar ahí. Guy Clark se había mudado a Nashville y, si eras de Texas, Guy Clark era el rey. Unos años más tarde, Steve tocaría el bajo en la banda de Guy y disfrutaría de lo que se convertiría en una amistad imborrable entre músicos con ideas afines que se unieron en una afinidad de historias contadas a través de las canciones.

Más de cuarenta años después, en mayo de 2016, Guy Clark acababa de fallecer de cáncer tras una larga batalla contra el linfoma. Guy había vivido con su enfermedad y continuó componiendo canciones hasta el día de su muerte. También pintaba, construía instrumentos y tenía una tienda de guitarras en el Área de la Bahía. Según Earle, «Pasabas tiempo con él [Guy] y sabías por qué llaman disciplina a lo que hacen los artistas. Porque era disciplinado».

Lo mismo puede decirse de Earle. En otoño de 2018, Steve and The Dukes entraron en el estudio House Of Blues de Nashville y grabaron GUY en seis días. «Quería que sonara en directo... Cuando tienes un catálogo como el de Guy y solo grabas dieciséis temas, sabes que cada uno va a ser un éxito».

Earle y su actual, quizás la mejor formación de los Dukes, interpretan estas canciones con un espíritu de reverente alegría e inventiva. Las melodías son muy diversas, al igual que la banda, ofreciendo una energía máxima en temas tan dispares como el bluegrass rave "Sis Draper" y las memorias blues habladas de "Texas 1947". La voz cruda de Earle en la dulce y triste "That Old Time Feeling" es desgarradora, tan cercana a la tumba que parece un dueto con su difunto amigo y mentor.

Se pueden oír pequeñas pistas de los orígenes de Earle. La austera "Randall Knife" tiene la frase "probablemente una mejor hoja jamás hecha fue forjada en el Infierno", lo cual no desentonaría en una obra original de Steve Earle. También es difícil superar "The Last Gunfighter", una sardónica saga western en la que Earle ofrece una interpretación magistral del estribillo: "el olor a humo de pólvora negra y la parada en la calle en el giro de la broma".

Pero al final, GUY lleva al oyente de vuelta a su origen, es decir, a Guy Clark, como cualquier buen homenaje debería hacer. GUY es una saga de amistad, con sus altibajos, lo que perdura. Tenemos suerte de que Earle recuerde y honre estas cosas, porque, como los viejos amigos, GUY es un diamante.

NEW WEST RECORDS - STEVE EARLE & THE DUKES - Guy (Vinilo)